Javier Méndez se formó en Libertad Washington, el cuadro de baby fútbol de Colón, su barrio, y nunca olvida sus orígenes. De hecho, sigue viviendo en el mismo lugar donde el sueño comenzó. Y de vez en cuando, en sus ratos libres, agarra el termo y el mate para ir a ver a los amigos con los que antes jugaba. Hoy, que cumplió el gran anhelo de aquel hincha que siguió a Peñarol en la Copa Libertadores 2011 y añoraba representarlo en la cancha, se ilusiona con conquistar la sexta con el club de sus amores. De los grandes esfuerzos que deberán hacer para intentar lograrlo, de su reencuentro con el director técnico que lo excluyó de River Plate, la picardía que hacía como fanático del aurinegro y su lazo con Colón, habló Méndez con Ovación. A continuación, un resumen de la charla.
- Comenzaste tu camino en el fútbol en Libertad Washington de Colón y seguís viviendo allí, ¿qué es lo que te une al barrio?
- En Colón me siento cómodo. Yo voy a seguir siendo el mismo Javier que cuando era chico. No me cambia nada vivir acá en Colón que irme a vivir a Carrasco, por decirte algo. Nosotros vinimos a la vida sin nada y nos vamos de la misma forma. Tengo todo acá, mis abuelos, mi padre, mis tíos, tengo todo. Cada tanto los fines de semana se hace un asado en familia, por suerte tengo una familia numerosa. Yo disfruto de eso, de ir a tomar mate a la casa de mi amigo, los tengo a todos acá cerquita. Voy a seguir siendo el mismo Javier estando acá o el día que me toque irme a buscar otro camino o lo que sea. Estoy cómodo, tranquilo y feliz.
- Después de hacer baby fútbol en Libertad Washington tuviste un breve paso por River Plate, ¿cómo fue?
- Hice baby fútbol en Libertad Washington de acá, de Colón, después tuve un pasaje muy pequeño por River Plate y cuando llegué ahí jugaba poco y Edgardo Adinolfi, el entrenador (hoy ayudante técnico en Universitario de Perú) me dijo que me buscara otro camino porque él no iba a contar conmigo en ese momento. Ahí uno perfectamente puede decir: 'Bueno, no juego más y me dedico a otra cosa', pero yo quise y me propuse jugar al fútbol. Las vueltas del fútbol me hicieron tenerlo como ayudante en América Mineiro, ahí él vino, me dio un abrazo y me dijo: 'La verdad te felicito por todo lo que has llegado a lograr en base a lo que te propusiste'.
- Es sabido que sos un jugador hincha. ¿Recordás alguna anécdota puntual yendo a alentar a Peñarol?
- A veces no conseguía entradas para la Tribuna Ámsterdam y me tocaba comprar Olímpica. Ahora hay cámara y tejidos, pero en ese momento saltaba, ja. Es algo que hoy uno lo ve y es padre trata de decirle: 'No vayas a hacer esto el día de mañana'. Yo me había sacado el carnet de futbolista de la AUF y tenía acceso a la platea Olímpica, yo entraba por ahí, me iba acercando contra la Ámsterdam, me colgaba del portón y saltaba porque perdirle dinero todos los fines de semana a mis padres para ir a la cancha era muy costoso y a mí me gustaba ir a ver a Peñarol. Yo sabía que al estadio iba a llegar porque salía el ómnibus del barrio con toda la hinchada, y después yo sabía que entraba por un lado diferente, pero luego iba a llegar a donde estaba toda mi gente.
- ¿Qué recuerdos tenés como hincha de la Copa Libertadores 2011?
- Fui a ver el partido de ida. No solamente fue un disfrute la final, sino toda esa Libertadores, que fue maravillosa: el partido con Vélez, que el Flaco Olivera pasó por atrás del Tanque Silva y medio que lo seca, como decimos nosotros. No solamente eso sino varios recuerdos clásicos que tengo en la cabeza. Siempre recuerdo uno que me quedó guardado el día que el Pollo Olivera hizo lo que quiso adentro del área, tiró un caño y la puso contra el segundo palo (Clausura 2008). Mismo Carlos Bueno, el Lolo Estoyanoff, son jugadores que uno disfrutaba de verlos jugar, estoy agradecido por todo lo que hicieron por el club. Después me tocó enfrentar al Lolo, con quien tengo una linda relación, el domingo nos dimos un abrazo.
- ¿Qué hubiera pasado con Neymar si te tocaba marcarlo en esa Copa Libertadores 2011?
- Y capaz que si lo agarro terminaría ahí adentro del banco de suplentes, ja. Yo cuando lo vi jugar con la edad que tenía, era un futbolista que daba gusto verlo por las cosas que hacía, que eran de otro mundo. Uno no va a ponerse a discutir la clase de jugador que es.
- ¿Te sentiste identificado con Darío Rodríguez y su forma de hacerle sentir el rigor a Neymar?
- Sí, obvio. Siempre recuerdo cuando Darío Rodríguez estaba sobre la raya, te ponía la mano en el pecho, giraba y salía jugando, ja.
- Por toda tu historia como hincha, ¿te resulta inevitable ilusionarte con ganar la sexta Libertadores de Peñarol?
- La ilusión está, si me preguntás te voy a decir que yo quiero ganar todo, pero hoy mi cabeza está en el Intermedio. Necesitaba venir a Peñarol para cumplir mi deseo, lo hice y me tocó ganar el Apertura. Ahí festejé de la puerta de mi casa para adentro y al otro día quería salir y pelear el Intermedio. Y pasado mañana pelear por la Libertadores. Y a fin de año llevarme el Uruguayo. A veces el inconsciente te lleva a pensar lo que sería levantar la Libertadores y el regreso a Uruguay con ella, pero para llegar a eso hay que hacer cosas y pelear por otras. Me gustaría jugar la final del Intermedio ante Nacional, a mí dame clásicos todos los fines de semana, son los partidos más lindos.