Disfrutar con la familia es una frase tan hecha como real y siempre presente en cada futbolista. Y esta es la época en la que muchos jugadores aprovechan para compartir tiempo de calidad junto a sus seres más queridos. Javier Méndez no es la excepción y, además, disfruta también de su barrio, de sus amigos y de sus orígenes, esos que jamás olvida.
El fútbol y Javier comenzaron a forjar una fuerte relación en el Club Atlético Libertad Washington, en Colón. Ahí empezó todo y hasta el día de hoy, cada vez que puede, el futbolista de Peñarol se acerca -termo y mate en mano- para ver jugar a sus amigos en alguna liga amateur o seguir de cerca la realidad de la institución que lo vio nacer.
“Ahí empecé. Hice todo el baby fútbol y también muchos amigos que hasta hoy conservo y voy a ver jugar cada vez que puedo y tengo tiempo, porque a veces se complica con viajes, concentraciones y partidos”, contó Javier Méndez a Ovación.
Tan fuerte era la relación de Javier con el fútbol que luego de cumplido el ciclo en baby, el camino marcó otro rumbo. De Libertad Washington se fue a las juveniles de River Plate. “Estuve un año y medio ahí. Me dejaron libre después. Yo tampoco hacía mucho mérito para seguir adaptándome al club y por eso me fui”, recordó.
Pero el objetivo de aquel gurí de Colón era seguir jugando al fútbol, aunque los caminos se empezaban a cortar y el horizonte no era el mejor hasta que un amigo le comentó que estaba yendo a entrenar a Racing. Todo cambió.
“Me llamó un amigo y me dice ‘vamos a entrenar a Racing así jugamos’. Yo fui y caí con otro compañero que se transformó en un hermano para mí y que no sabés cómo juega. No hizo carrera profesional, pero lo ves jugar y es un 10, un clase A. Hasta algunos colegas hoy en día me dicen que da gusto verlo jugar a la pelota. Y allá fuimos los tres, pero el amigo que me invitó cuando llegamos a la puerta del complejo de Racing allá en Carlos A. López no entró. Me miró y me dijo ‘yo me voy para casa’. Y se fue. Yo entré, entrené y quedé. Y ahí empezó todo el camino que vino después”, rememoró Javier Méndez.
La Escuelita, donde todo empezó de nuevo para Javier Méndez
Racing marcó a fuego la carrera de Javier Méndez, quien a los 15 años y con Jorge Giordano como entrenador principal, fue ascendido a Primera División.
El debut llegó de la mano de Rosario Martínez como técnico en el equipo de Sayago y luego empezaron los llamados para emigrar. Se fue a Unión de Santa Fe, renovó su contrato, pero regresó a Uruguay en 2020 para fichar en Danubio. “Me llamó Leo Ramos y me vine. Después estuve con Jorge Fossati, alguien que siempre me gusta nombrar porque es una persona que me ayudó muchísimo en todo lo que hoy estoy viviendo como zaguero”, dijo.
Tras ese pasaje por Danubio, Javier volvió a emigrar. Colombia fue el destino y de la mano de Julio Avelino Comesaña —quien lo conocía de Racing— recaló en Deportivo Independiente Medellín. “Soy un agradecido con Julio por todo lo que me ayudó”, contó.
Antes de partir, Méndez rememoró una charla con Fossati: “Me comuniqué con él para decirle que me había salido esa chance de Colombia y mantuvimos una charla de una hora y media. Me acuerdo hasta el día hoy. Hablamos de fútbol pero también de la vida porque es un tipo de mucha experiencia y vive aconsejando. A mí me gusta escuchar mucho a ese tipo de personas y aprender”.
Y luego de ese 2022 en el DIM, apareció Peñarol en los planes por primera vez, pero su llegada al club no se dio: “Tuve algunas charlas con Nacho Ruglio y en 2022 me llamó Leo Ramos para decirme que estaba la chance. Hablé con su ayudante porque yo ya los conocía por haberlos tenido en Danubio y estando en Colombia les dije que quería venir porque quería cumplir el sueño de jugar en Peñarol. Me sentía muy bien físicamente y era el momento. Por distintas circunstancias no se dio y volvió a Uruguay pero a Racing otra vez porque Fernando Cavenaghi me abrió las puertas del club. Lo hice con una cláusula de salida gratis por si se me daba la chance de salir y me fui a Brasil para después sí finalmente poder venir a Peñarol en 2024”.
El amor por Peñarol y el disfrute de jugar en el club del que es hincha
Javier Méndez es uno de los tantos integrantes del plantel de Peñarol que disfruta de ser jugador e hincha, algo que quedó demostrado en su llegada al club Mirasol.
“Cuando surgió nuevamente la oportunidad de venir y que Diego Aguirre quería contar conmigo, Nacho (Ruglio) me llamó y yo sinceramente le dije que quería venir ahora porque nunca sabés qué puede pasar el día de mañana. Sabía también que venía en un momento de mucha tensión por lo que había sido el torneo anterior pero yo sinceramente me sentía con mucha confianza y capacitado para afrontar el desafío porque soy de los que confía mucho en el trabajo y soy partidario de eso. Creo que trabajando y entrenando mucho, tarde o temprano, se ven después los resultados”, remarcó Javier, agregando: “Entonces cuando surgió la chance de venir, yo estaba en el fútbol brasileño pero no lo dudé. Dije ‘me voy ahora’. Tenía un año más de contrato y decidí venirme. Hablé con el club allá y con mi representante, y les dije que quería venir para acá y sinceramente hoy no me arrepiento de nada por todo lo que me tocó vivir, por todo lo que soñé. Hoy ser campeón uruguayo con el club del que soy hincha, el club que amo y el club en el que soñé con jugar desde chiquito es algo maravilloso”.
Y el año de Peñarol fue tan bueno que además de conquistar el Campeonato Uruguayo sin finales, el equipo de Diego Aguirre alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores y para Javier Méndez, hay una palabra que define al plantel que tuvo puntos muy altos: “Lo que tuvimos todos fue mucho compromiso, mucha responsabilidad, hubo mucho compañerismo en el grupo. Sinceramente se vio un grupo muy sano, muy humilde y trabajador, en el que no abundaba el egoísmo. Muchas veces el jugador de fútbol es egoísta y quiere salvarse él. Me ha tocado jugar en el extranjero y se ve mucho eso. Pero acá el jugador uruguayo no está acostumbrado a eso, el uruguayo se ve con el compromiso, se ve con toda esa energía de grupo y creo que nosotros la fuimos generando y el que jugaba mucho estaba feliz, el que no le tocaba jugar mucho, estaba más feliz aún porque el equipo ganaba y a veces es muy difícil lograr que el jugador que no le toca jugar esté feliz, pero yo pienso que el futbolista de Peñarol tiene que estar feliz siempre porque no todos tenemos la suerte de jugar en el club y la verdad que fue algo maravilloso que se fue generando. Abundó mucho el compromiso y el respeto de todos nosotros y la verdad que nos brindamos al máximo por el club”.
Méndez fue uno de los puntos más altos que tuvo el equipo Mirasol y logró esto cambiando de posición. Llegó al club como volante y terminó siendo zaguero, titular y figura. “Diego me transmitió toda su confianza y mi objetivo era ayudar al equipo y tratar de dar soluciones. En el deporte influye mucho el estado de ánimo y esa confianza de Diego me permitió dar lo mejor de mí, disfrutar y hoy poder estar viviendo todo con mucha felicidad”, explicó.
Una cláusula del contrato de Javier Méndez se activó y su contrato se renovó automáticamente, pero hay otra que es económica y si un club la abona, se lo puede llevar: “Ese es un tema que le dije a mi representante que lo hable con Nacho (Ruglio) para renegociar esa cláusula de salida porque si algún equipo viene y la paga, me puede llevar. Mi prioridad es Peñarol y yo quiero quedarme acá”.
El ahora zaguero contó, además, que desde hace más de cinco años trabaja junto al psicólogo Marco Gentini porque entiende que lo mental juega un rol muy importante en el futbolista profesional: “Es impresionante la cantidad de cambios que tuve, las cosas que me hizo ver y todo lo que me ayuda. Él es parte de mis logros. Me hizo ver el fútbol, el deporte y la competitividad de otra manera”.
Con 30 años, Javier Méndez se recibió en 2024 como entrenador de fútbol y eso también es un logro: “Tengo las cuatro licencias ya. Fue algo que me propuse terminar porque le doy mucha importancia al estudio. El año que viene me gustaría empezar a estudiar otra cosa también”.
Y ya con la Navidad muy cercana, Javier cerró la charla con Ovación contando qué le pidió a Papá Noel: “Disfrutar con la familia, cerrar el año maravilloso que no solamente me tocó vivir en Peñarol sino también junto a mis seres queridos y que el 2025 venga con mucha salud y que venga con mucho éxito también”.
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