Redacción El País
José María Giménez tomó la bandera y fue uno de los referentes del Atlético de Madrid que se acercó a la tribuna para dirigirse a sus hinchas. Lo hizo acompañado del entrenador Diego Simeone y del capitán Koke inmediatamente después de que varios de ellos empezaran a tirar objetos hacia el arco defendido por el arquero Thibaut Courtois, del Real Madrid.

El momento se produjo en el partido clásico entre ambos clubes que, a causa de estos incidentes, fue momentáneamente detenido por el árbitro, quien fue advertido por el golero a raíz de los encendedores que poblaron su área. Como consecuencia, el juego estuvo parado durante 10 minutos y los futbolistas de ambos equipos tuvieron que volver a calentar para no enfriarse.

Josema, como una voz autorizada, se dirigió a los conocidos como "ultras" que se ubican normalmente en una de las cabeceras del Wanda Metropolitano. Les pidió calma dado que estaban perdiendo por 1-0 y necesitaban seguir jugando. Mientras tanto, otros hinchas utilizaban banderas para tapar el intercambio y que las cámaras no lo pudieran capturar.

Simeone, de manera muy efusiva, y Koke, desesperado por seguir jugando, tampoco dudaron en acercarse a la gente cuando el caos continuó. Previamente, Courtois había gritado uno de los goles del Real Madrid mirando al público y eso desató la bronca de algunos.