Juan Izquierdo, entre el amor y el dolor: crónica de todo lo que está sucediendo y se vive en São Paulo

El futbolista de Nacional atraviesa una situación crítica y continúa internado en el Hospital Albert Einstein, mientras su familia lo acompaña; ayer retornó Alejandro Balbi.

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Alejandro Balbi, el dirigente Brusco y los padres de Juan, Nelson y Sandra, conversan. Atrás aparecen Seba Taborda y Gonzalo Sorondo
Alejandro Balbi, el dirigente Fernando Brusco y los padres de Juan, Nelson y Sandra, conversan. Atrás aparecen Sebastián Taborda y Gonzalo Sorondo.
Foto: Juan Pablo Romero.

Enviado a São Paulo / Brasil
Debo sincerarme con ustedes, lectores. No suelo escribir en primera persona, de hecho es algo que no me gusta, pero hoy me nació hacerlo. Y también debo decirles que estuve mucho rato pensando en cómo encarar esta nota, qué decir, cómo decirlo, en qué pensar. Y lo que afloró fue hacerle llegar a ustedes, lo más sincero posible y sin traspasar los límites del respeto y la empatía, cómo se está viviendo todo aquí, donde Juan Izquierdo se está debatiendo entre la vida y la muerte.

Sí, cuesta mucho decirlo. Cuesta mucho escribirlo. Cuesta hasta pensarlo. Pero lo que más cuesta es verlo. Ver que la muerte está rondando, pero que Juan está haciéndose lo más fuerte posible.

Mientras tanto, su pequeña hija de dos años corre por el hall del Hotel Sheraton. La abuela Sandra sale a buscarla porque ella se quiere subir a una escalera mecánica que te lleva a un shopping donde abundan los comercios de venta de artículos del hogar. Y la pequeña redobla la apuesta y se pone a jugar con el dirigente de Nacional Fernando Brusco, que no solo es capaz de sacarle carcajadas a la niña, sino que también es capaz de sacarle una sonrisa a Sandra, que sabe lo que está pasando y que es consciente que tiene que ser fuerte para contener a esa pequeña que lo único que quiere es divertirse.

El parte del Hospital Albert Einstein en la tardecita de ayer cayó como un balde de agua helada. “La evaluación mostró una progresión del compromiso cerebral y un aumento de la presión intercraneal”. Es un parte negativo en base a los últimos estudios que se le realizaron a Izquierdo. Se trata de un aumento de la presión en el cráneo porque hay un edema cerebral que es lo que está complicando absolutamente todo a nivel neurológico y lo que tiene con las alarmas encendidas a los médicos del centro médico.

Gonzalo Sorondo y Marcelo -integrantes del Grupo Faro Sports y representantes del futbolista junto a Sebastián Taborda- fueron los primeros en bajar a la puerta del hospital. Con los ojos llorosos, buscaron refugio en un cigarrillo. A la vez, le explotaba el celular a Sebastián Eguren. “Perdón Juan, no te estoy escuchando” se disculpó cuando yo, con mucha incomodidad y temor, le preguntaba qué era lo que estaba sucediendo.

“Ahora sí, perdoname, pero estoy a mil con muchos temas que resolver”. No hacía falta la explicación; se le nota en la cara el cansancio y estrés acumulado. El estar conviviendo con el dolor de una familia que hace todo lo que está a su alcance para acompañar de la mejor forma posible a su ser querido.

Así como muchos de ustedes, lectores, han puesto de sí pensando en Juan y han manifestado su preocupación enviando mensajes con una carga de incredulidad por todo lo que está pasando, y buscando una respuesta que niegue el panorama.

Llegó la noche en São Paulo y la dicotomía en el hotel era sorprendente. Mientras un grupo de modelos se preparaba para competir en un concurso -Miss Brasil Terra-, los familiares bajaron para ir a cenar por la inercia de tener que hacerlo. Estaban junto a Alejandro Balbi, que en el día de su cumpleaños armó la valija y volvió a São Paulo.

La situación de Juan Manuel Izquierdo sigue siendo crítica. El dolor es muy grande, como también lo es el amor de todos los que tienen en el pensamiento a Juan, empezando por su familia.

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