ENTREVISTA
El lateral izquierdo duraznense de 25 años contó cómo se dio su llegada al club tras un inesperado llamado y habló de los objetivos del grupo.
Mientras estaba de pretemporada con el Spezia aprontando un nuevo torneo de la Serie A de Italia, a Juan Manuel Ramos le sonó el teléfono. Del otro lado habló Pablo Javier Bengoechea, el director deportivo de Peñarol.
El ídolo carbonero consultó al duraznense de 25 años cuál era su situación actual y si le interesaba ponerse la camiseta amarilla y negra.
La respuesta no se hizo esperar. Fue afirmativa. El resto de la historia ya es conocida. Juan Manuel Ramos llegó a Uruguay en los primeros días de agosto, se sumó al plantel aurinegro y debutó el miércoles 18 jugando como titular en el triunfo por 1 a 0 frente a Sporting Cristal en la revancha de los cuartos de final de la Copa Sudamericana en el Estadio Campeón del Siglo.
“Me preguntó si tenía disponibilidad para entablar una negociación porque el club estaba interesado en mí. Era uno de los perfiles que habían visto y que calzaba con lo que buscaban para el equipo. Y si bien era la opción favorita, no era la única”, le contó Juan Manuel Ramos a Ovación.
Pero el lateral izquierdo ni siquiera lo dudó. Le dijo a Bengoechea que le gustaba esa posibilidad, Peñarol se contactó con el representante del futbolista y asunto terminado. El duraznense aprontó las valijas y regresó a Uruguay.
“En cuestión de días se resolvió todo porque el club tenía algo de urgencia por tener a todo el plantel a la orden ya que estaban jugándose cosas importantes, pero que me llamara Pablo fue una locura porque no me lo esperaba y también por todo lo que representa él para Peñarol y el fútbol uruguayo. Fue algo que me sorprendió gratamente”, agregó el jugador surgido en Wanderers de Durazno.
Regresar a Uruguay no estaba en los planes de Ramos, pero la oportunidad de jugar en Peñarol no se presenta todos los días para un futbolista de 25 años: “No me planteaba volver al país porque estaba muy enfocado en la pretemporada con el Spezia, pero de verdad me sedujo la propuesta de Peñarol, la chance de venir a pelear por cosas importantes y la manera en la que se está trabajando dentro y también fuera de la cancha incidió mucho para que eso se diera y acá estamos. Además, todos sabemos lo que representa un club tan grande como Peñarol que es observado de todos lados y en distintas partes del mundo, sobre todo si estás luchando por un torneo continental”.
Ramos llegó a Montevideo y de inmediato se sumó al plantel carbonero que lo recibió, según contó, de muy buena manera: “Llegué en un momento en el que el equipo prácticamente jugaba cada tres días y había poco tiempo para entrenamientos previo a la competencia, pero la verdad que me recibieron de 10 puntos tanto los jugadores como el cuerpo técnico, la gente del club y los directivos. Todos de la misma manera. Me hicieron sentir uno más desde el primer día y por eso mi llegada se dio muy natural y sencilla”.
Ya inmerso dentro del grupo mirasol, el lateral izquierdo que el domingo debutó como titular por el Campeonato Uruguayo —ya lo había hecho en Copa Sudamericana— dijo que “acá las ideas están muy claras y están todos muy alineados: jugadores, cuerpo técnico y también dirigentes. La meta es conseguir los objetivos trazados y hay un grupo humano muy consolidado que facilita mucho las cosas, dentro y fuera de la cancha”.
Otro aspecto que Juan Manuel remarcó es la idea de juego de Mauricio Larriera: “No me gusta definirme como futbolista, pero te puedo decir que me sedujo mucho ese estilo que tiene para jugar porque favorece bastante a mis características ya que al querer ser protagonistas, adaptándonos a la cancha y al rival, me siento más cómodo y yo trato de hacer las dos funciones que para el lateral izquierdo moderno son fundamentales como defender y ser siempre la superioridad en el ataque. Mauricio me transmitió los conceptos que quiere que los laterales apliquemos y de a poco los voy incorporando para poner esas ideas en cancha, pero otro punto que me sorprendió es que me conocía bastante y sabía cuáles eran mis características. Fue algo que influyó para que viniera al club”.
Con dos partidos jugados en el equipo carbonero, el duraznense se quiere afianzar en el lateral izquierdo y sabe que los desafíos son tan grandes como importantes: “Yo veo que el equipo tiene mucha hambre de gloria, desde los más jóvenes que saben que pueden salir en cualquier momento al exterior y no se quieren ir sin antes ganar algo con Peñarol hasta los más grandes que no saben hasta cuando van a estar acá. Es un aspecto muy positivo y la verdad estoy contento de haber tomado la decisión de venir porque da gusto trabajar así”.