Juan Pedro Damiani, de 64 años, afirmó que para ser presidente de Peñarol hay que “pensar en grande”, “invertir en jugadores” ya que es lo más “redituable del fútbol” y así mantener viva la “ilusión de medio país”. En un mano a mano con Ovación Damiani habló sobre cómo ve al club de sus amores, el consejo que le daría a Ignacio Ruglio, la desilusión que le generó la selección uruguaya de Diego Alonso en Qatar, el Mundial de 2030 en Uruguay y dónde se ve en el fútbol uruguayo.
Juan Pedro, como le gustan que le digan, comenzó en 1985 su carrera como directivo en el mirasol, que lo llevó a ocupar la vicepresidencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Sin embargo, él tenía un objetivo: ser presidente de Peñarol. Algo que recién consiguió en 2007.
Dijo que en 2017 fue “el momento ideal” para retirarse de Peñarol. Explicó que esa resolución se debió tras “profesionalizar al club”, “conformar las mejores juveniles del fútbol uruguayo” y construir el Estadio Campeón del Siglo. “Se trató de una decisión pensada para acabar con eso de que no me iba a ir nunca (del club)”, relató.
Todo cambió en las elecciones de 2020 ya que resolvió presentarse. En esa oportunidad lo hizo con la idea de traer a Diego Aguirre como entrenador de Peñarol para cumplir un sueño: “Ganar la Libertadores”. “En el 2011 estuvimos cerca. Perdimos la final por apenas un gol ante el Santos de Neymar”, recordó.
En ese 2011 Peñarol volvió a clasificarse a la fase de grupo de la Copa Libertadores tras seis años. El equipo que en ese entonces dirigía Diego Aguirre llegó a la final del torneo más importante del fútbol sudamericano después de 24 años.
“Sí traés jugadores de calidad es probable que te vaya bien”, comentó Damiani con respecto a la Libertadores del 2011. “Para esa Copa se hizo un esfuerzo enorme. Se puso mucha guita y si (en la fase de grupos) el equipo perdía con Godoy Cruz se quedaba afuera. Por eso mi padre (José Pedro Damiani) decía: ‘hombre tímido no sale con mujer bonita’, añadió.
Otras de las razones que lo llevaron a rever su postura para regresar a Peñarol fue que observó “mucho desorden” a nivel institucional y que se transformó en un club “muy político” debido a que lo ‘Nacionalizaron’”. “Conocí un Peñarol en el que todos se callaban la boca, donde Cataldi y mi viejo eran rivales, pero a su vez amigos. Antes en Peñarol no se sabía nada”, argumentó.
Finalmente Ruglio ganó las elecciones y se convirtió en el presidente de Peñarol. A todo esto, Damiani contó que ni bien supo el resultado fue hasta la mitad de la cancha de básquetbol del Palacio Peñarol, abrazó a Ruglio y le dio un consejo: “Pensá en grande. Pero, aparentemente, no siguió con eso”.
Casi dos años de después de ese día, Damiani contó qué consejo le daría al actual presidente de Peñarol: “Pensar en grande y no traicionarse con lo que uno cree. No hay que dudar, ir para adelante y mandar”.
Fin del “low cost”
En 2022 Peñarol no logró ninguno de los objetivos: no pasó la fase de grupos de la Libertadores (algo que no consigue desde 2011), no accedió a la Sudamericana, se despidió rápido del Uruguayo y quedó eliminado ante La Luz por la semifinal de la Copa Uruguay.
Otra de las críticas que se le hizo a la actual dirigencia de Peñarol fue por los refuerzos de poca jerarquía. Sin embargo, previo a este fin de año, el carbonero presentó a Sebastián Rodríguez, Abel Hernández y está muy cerca de oficializar a Leonardo Coelho y Carlos Sánchez.
“Celebro el fin de la época ‘low cost' (bajo costo)”, dijo con una sonrisa Damiani sobre los fichajes de poca jerarquía que hizo el mirasol en el 2022. Y recalcó que con las últimas altas se “volvió a pensar en grande”.
“Me parece bueno todo lo que está pasando porque una institución deportiva vive de la ilusión y es importante tener expectativa, y la inversión en jugadores reditúa. Porque cuando mi padre y Cataldi repatriaron a Morena, que parecía una locura gastar un millón de dólares en ese entonces, nos dio la quinta Libertadores (en 1982) y la tercera Copa del Mundo. Por eso, siempre hay que pensar en grande”, narró.
En los últimos días el brasileño Coelho, exjugador de Nacional, recibió amenazas por estar cerca de arreglar con Peñarol. “Es una locura, pero no pasa nada: son unos cobardes los que hacen eso”, dijo Damiani. Y señaló que es una “linda picardía sacarle un jugador” a Nacional.
La ciudad deportiva
Damiani se definió como un “enamorado de Peñarol”. Tal es así que en el último tiempo decidió guardar silencio para “cuidar” al club. Aunque hubo un tema que no le gustó cuando lo tocaron desde el seno de la actual dirigencia: las finanzas.
Ruglio en más de una oportunidad expresó que uno de los grandes hechos de su gestión fue bajar el pasivo del club. “Yo soy un buen administrador, como van a decir que Peñarol está mal económicamente”, sentenció Damiani.
Aseveró que cuando dejó la presidencia “Peñarol tenía un pasivo”, pero contaba con “un activo enorme”. “Se había hecho un récord de venta de juveniles. Entre los que estaban Rossi, Valverde, Darwin Núñez, y puedo seguir”, agregó.
Ni bien escuchó sobre la construcción de la ciudad deportiva, una de las banderas de Ruglio, Damiani se hizo varias preguntas: “¿Quién compró la tierra? ¿Con qué plata se hace? Con la plata de la venta de juveniles. Ojalá que el día de mañana dejen futbolistas para que se pueda seguir por este camino”.
Mundiales
En la oficina de Juan Pedro se respira fútbol. Hay dos cuadros que tienen la imagen de quien es su mejor amigo y mentor: su padre. En uno de los cuadros está el “viejo”, como le dice él, con un habano y su clásica corbata amarilla y negra, mientras que en el otro está con la última Libertadores que ganó Peñarol en 1987.
También tiene fotos con Diego Maradona y Pelé. Tan grande es su amor por este deporte que decidió darse un gusto: ir con su hijo más chico al Mundial de Qatar 2022.
Damiani contó que vio el Mundial como un hincha más junto a su hijo. Quedó fascinado con “la organización” en Doha y disfrutó de encontrarse con “varios amigos del fútbol”.
Hubo un hecho que no le gustó: la actuación de laselección de Uruguay de Diego Alonso. “No sé qué pasó con el equipo porque venía muy bien de la Eliminatoria, pero en el Mundial fue una decepción”, sostuvo.
Tras su vuelta de Doha, Damiani dijo que es “viable” organizar el Mundial 2030 en Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay. El exdirigente afirmó que tras el título de Argentina en Qatar se demostró “que en Sudamérica está el fútbol y la pasión” y “ayuda mucho que sea los 100 años del primer Mundial” que se jugó en el Centenario.
Tanta ilusión le despierta este tema que le gustaría volver al fútbol uruguayo para “trabajar en la candidatura” de Uruguay para el Mundial de 2030. “Conozco mucha gente importante del fútbol y, además, lideré la obra deportiva más importante que no fue hecha por el estado (el Campeón del Siglo)”, expresó.
Las elecciones en Peñarol
En diciembre de 2023 habrá elecciones en Peñarol y Damiani no tiene claro si se volverá a presentar. “Espero tener la sabiduría para decidir lo mejor para mí y para el club. Tratar de tener la serenidad para determinar si es bueno que yo vuelva al club”, relató.
No dudó en mencionar cuatro nombres que no deben quedar afuera de Peñarol: “Walter Pereyra, Juan Salgado, Alejandro Ruibal y Fernando Errico”.
Juan Pedro extraña el fútbol, aunque sabe que “se sufre mucho”. Tal es así que ninguno de sus hijos quiere estar en el fútbol porque “son hijos y nietos de presidentes de Peñarol”, comentó con mucha seriedad.
Cada vez que habla de este deporte y de Peñarol esboza una sonrisa, no se cansa . Pareciera como si aún la historia no llegó a su capitulo final.