La cara conocida de Martín Lasarte que se destapó en el clásico y el recuerdo de un día de rebeldía en el GPC

El entrenador de Nacional reaccionó contra el comportamiento de los hinchas de la Tribuna Abdón Porte durante el clásico. Ya había mostrado esa faceta en su primera etapa en el club.

Compartir esta noticia
Martín Lasarte, entrenador de Nacional, festejando el gol clásico ante Peñarol.
Martín Lasarte, entrenador de Nacional, festejando el gol clásico ante Peñarol.
Foto: Ignacio Sánchez.

Ya es la segunda vez en largos años que Martín Lasarte se rebela contra la hinchada de Nacional cuando un motivo de fuerza mayor lo hace reaccionar de manera espontánea, sin medir demasiado las consecuencias.

Ayer, enfurecido con lo que pasaba en las tribunas durante el clásico, irrumpió desesperado en la cancha al ver que los hinchas que estaban ubicados en la Abdón Porte habían tirado dos bombas de estruendo y no paraban. Pasaron de cantar y gritar por sus colores a mostrar banderas de Peñarol y casi herir a dos futbolistas suyos.

En el año 2005, durante su primer ciclo como entrenador del club, Nacional le ganaba 1-0 al River Plate del Vasco Aguirregaray y los gritos y reproches le zumbaban el oído a pesar del resultado.

El Chory Castro terminó de saldar la historia convirtiendo el 2-0 a los 90 minutos y, a falta de conocer el tiempo de descuento, Lasarte decidió irse. Solo un periodista lo vio, pero años más tarde él mismo le recordó a Ovación la historia.

“El ambiente estaba más o menos. Estaba espesa la gente”, comenzó narrando. Y saldó con un “hay veces que hay que marcar la cancha”, de la misma forma que lo de ayer.

Martín Lasarte, entrenador de Nacional, festejando un gol en el clásico ante Peñarol.
Martín Lasarte, entrenador de Nacional, festejando un gol en el clásico ante Peñarol.
Foto: Ignacio Sánchez.

En menor medida, claro, pero con el mismo sentimiento de frustración, decenas de hinchas le reprocharon cuando hizo el cambio de Rubén Bentancourt por Federico Santander. El gol ganador del 2-1, anotado por el paraguayo, terminó validando todas las credenciales del entrenador, que en conferencia de prensa explicó las razones que lo llevaron a involucrarse. “Lo de haber entrado a la cancha (a calmar a la gente) fue un gesto estéril. Uno quiere hacer algo, intentar, ver si hay alguna cabeza que pueda responder a algún tipo de raciocinio. Vas ganando, son tus aficionados, no es entendible. (...) Precisamos corear, gritar, apoyar, no otro tipo de problemáticas. Hay que tomar medidas; no sé a quién le corresponde”.

Y en el desarrollo de su explicación se le coló una profecía del preparador físico Marcelo Tulbovitz, quien en la semana le había advertido: “En una de esas intuiciones que tiene en la semana me comentó: ‘Veo un gol de Santander’”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar