La curiosa triangulación que cerró la llegada de Diego Herazo a Nacional y el paso de ser "negativo" a héroe

Caminaba kilómetros para entrenar en su país y cuando llegó a Nacional no tenía los minutos que pretendía. Tuvo revancha contra Peñarol y fue el héroe del clásico.

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Diego Herazo, futbolista de Nacional.
Diego Herazo, futbolista de Nacional.
Foto: Ignacio Sánchez.

"Era un poco negativo con él mismo al principio. El técnico no le daba la confianza, pero después que empezó a jugar y a hacer goles, se tranquilizó. Cuando le tocó, entró e hizo las cosas bien”, le dijo a Ovación Federico Santander recordando los primeros tiempos en Nacional de Diego Herazo, a quien mensajeó el lunes por la tarde, antes de que llegara la hora del clásico.

—Dale papi, ponete la 10 hoy
—Cuando entre, de una, papi.

El colombiano terminó siendo el héroe de una noche iluminada para Nacional, que se llevó el partido contra Peñarol por 3-1 después de empezar perdiendo 1-0 a los siete minutos. “Yo le decía que le iba a llegar su momento”, se sinceró Santander, consultado sobre su excompañero: “Estoy contento porque es un buen chico. Le dije: ‘Cuando menos te lo esperes, va a llegar el momento y van a venir solos los goles’. Eso fue lo que pasó: le fue bien y estoy contento por él, que se sentaba a mi lado”.

Autor del segundo tricolor -después de desparramar a Leo Coelho y abrir el pie de zurda para vencer a Guillermo de Amores- y partícipe del tercero -al despejar la pelota que derivó en la corrida hasta abajo del arco de Lucas Villaba-, convalidó así las credenciales que el entrenador Martín Lasarte le había depositado un rato antes, cuando creyó que ya era momento de sacar a Bruno Damiani, y le ganó la pulseada táctica a su colega Diego Aguirre, como en una partida de truco.

El presidente Ricardo Vairo había leído la jugada unos días antes y, considerando su importancia, en una charla mano a mano en Los Céspedes, le comentó a Herazo que este iba a ser “su semestre”. La respuesta fue muy amena y el jugador, que en poco tiempo pasó de no concentrar a aprovechar su oportunidad en un partido puntual contra Fénix, se mostró muy complaciente.

El quiebre de Diego Herazo

Herazo no la tuvo fácil. Llegó con expectativas a Uruguay y estuvo sin jugar durante nueve partidos seguidos del Clausura hasta que aprovechó su chance y se lució con un doblete en el Parque Capurro.

Ese día, como no estaba en la primera lista de convocados, ni siquiera había concentrado, pero finalmente entró por la baja de Rubén Bentancourt y llegó el mismo día del partido a Los Céspedes. Así fue como comenzó su historia goleadora, que hoy ya lleva seis festejos en 10 partidos con Nacional.

El negocio

El festejo de gol de Diego Herazo para Nacional ante Peñarol.
El festejo de gol de Diego Herazo para Nacional ante Peñarol.
Foto: Ignacio Sánchez.

El fin de semana del 27-28 de julio, en Buenos Aires, el entonces presidente Alejandro Balbi -quien optó por dejar atrás la consulta de Ovación sobre este caso- se reunió con su par de San Lorenzo, Marcelo Moretti, y acordó la llegada a préstamo. El nombre de este delantero había llegado por recomendación de Alejandro Sobrino y fue analizado por Sebastián Eguren.

La operación se cerró en forma de préstamo por US$ 80.000 y estuvo atada a una triangulación que involucró a Claudio “Pata” Pereyra, a quien San Lorenzo le debía dinero. Esa deuda fue saneada a través del acuerdo, que incluye una opción de compra de US$ 1,6 millones, que podría efectuarse si así lo considera la nueva dirigencia.

Diego Herazo celebra el triunfo de Nacional ante Peñarol en el clásico por la Serie Río de la Plata.
Diego Herazo celebra el triunfo de Nacional ante Peñarol en el clásico por la Serie Río de la Plata.
Foto: Estefanía Leal.

Criado en un barrio de Chocó, Herazo sufría cuando su papá se iba los fines de semana a trabajar y se distraía mirando béisbol, un deporte que ama desde pequeño. Tenía entre 40 y 50 minutos de bus y otra media hora de caminata hasta llegar al lugar de entrenamiento. Hoy, está lejos de su país, pero los goles lo acercan. Su familia está tranquila y Vairo le tiró un nuevo guiño público: “El 9 que venga (finalmente Ovación confirmó que será Eduardo Vargas) tiene que tener antecedentes importantes. Si no, Damiani y Herazo nos pueden dar una gran mano”.

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