JORGE SAVIA
Daniel Carreño dejó de ser el técnico de Nacional y Daniel Enríquez, que es el gerente deportivo de la institución, dirigirá el equipo tricolor que el próximo domingo enfrentará a Rampla Jrs. en el Estadio Centenario.
El hasta ayer entrenador de Nacional fue cesado por la directiva del club en la sesión que la misma celebró en la noche de la pasada jornada, luego de una reunión que Carreño mantuvo con Ricardo Alarcón y Daniel Enríquez, en la residencia del presidente tricolor, sobre la Rambla Armenia a la altura del Puerto del Buceo, a partir de la media tarde.
Hasta ese lugar el técnico llegó procedente de Los Céspedes, donde antes de empezar la práctica Carreño dio una charla con los jugadores en el centro de la cancha y luego de la misma se retiró hacia el chalé de la concentración, para cambiarse y marcharse inmediatamente al encuentro de Alarcón y Enríquez, que lo aguardaban para iniciar una conversación cuyo contenido a la postre sería determinante para el desenlace que tuvo lugar en la sala de sesiones de la directiva en la sede de la Avda. 8 de Octubre.
Es que en el encuentro de la tarde, el presidente y el gerente deportivo de Nacional le preguntaron a Carreño cómo pensaba revertir la racha de resultados adversos que había venido cosechando el equipo bajo su mando y cuando el entrenador les manifestó su optimismo en el sentido de que el domingo próximo se podría lograr un triunfo ante Rampla y eso -junto a los 15 días de inactividad que habría por delante- iba a ser la motivación que Nacional estaba precisando, Enríquez le expresó su opinión contraria, ya vertida anteriormente en el propio seno de la directiva en varias oportunidades, ya que consideraba que el equipo había venido actuando mal, sin volumen de juego ni un funcionamiento adecuado, lo que no permitía inferir que -prácticamente, como por arte de magia- ante los rojiverdes se produjera el revulsivo que Carreño esperaba.
En la conversación, incluso, el gerente deportivo remarcó una vez más -como ya lo había hecho en sesiones de la directiva- que en un club grande como Nacional es necesario jugar bien y ganar, y si lo primero no es posible, al menos lograr buenos resultados, y Carreño no lo había logrado.
Con ese "resultado parcial", Carreño se alejó de la residencia de Alarcón en el Puerto del Buceo diciendo que "yo no renuncio, yo quiero irme de Nacional después de haberlo sacado campeón". Sin embargo, la falta de coincidencia entre la convicción del gerente deportivo y ese pensamiento de Carreño, resultaría clave, tal como se infirió cuando Enríquez y Alarcón llegaron a la sede tricolor, donde aguardaban los demás directivos para iniciar la sesión fijada para las 19:30 de la pasada jornada.
El presidente y el gerente deportivo llegaron por separado, cada uno en su auto, y en ese momento, sabiendo lo que pensaba -y ya había manifestado- Enríquez, el titular de la directiva tricolor dijo, sugestivamente: "Acá va a ser fundamental la decisión de Daniel Enríquez, como gerente deportivo. En este país muchos creen que por saber mucho de mujeres se sabe de ginecología. No es así. Y lo mismo pasa con el fútbol. Yo, por eso, respeto la opinión de los técnicos, que son los que saben de fútbol. Yo, como presidente, escucho. Así que ahora la directiva escuchará el informe de Daniel Enríquez y resolverá".
Después de hablar mano a mano con Ovación, el presidente tricolor reiteró conceptos ante otros periodistas que aguardaban su llegada, expresando que "tenemos que ser cautos, escuchar el informe técnico como lo hacemos todas las semanas y la directiva resolverá, porque es el órgano soberano. Hay compañeros de directiva que han expresado sus opiniones públicamente, y uno como presidente tiene que saber escuchar. Esto es para los que dicen que yo soy un dictador: en el club alentamos las diferencias, lo que siempre digo es que las diferencias hay que resolverlas adentro de casa".
A esa altura iba a empezar la reunión de directiva y cabía el dicho popular de "a buen entendedor, pocas palabras bastan": Alarcón sabía que el informe de Enríquez iba a ser contrario a la continuidad del técnico, porque se lo había dicho al mismo entrenador un rato antes en su casa, y que en directiva había votos más que suficientes para avalarlo.
Carreño, pues, "a la europea", donde el manager corta el bacalao sin que los directivos "se ensucien" las manos, era "boleta": estaba prácticamente cesado.
Carreño: "Yo no renuncio ni me voy como perdedor. Yo quiero irme de Nacional después de haberlo sacado campeón uruguayo"
Alarcón: "Como presidente tengo que saber escuchar y aliento las diferencias. Esto es para los que dicen que yo soy un dictador"
Pelusso es el "1", o un extranjero; cerca de U$S 45.000 a Carreño
Tras la destitución de Carreño, que se produjo por unanimidad, ya que 9 directivos se pronunciaron en un mismo sentido, mientras que Carlos Rodríguez Batlle y Pablo Martínez Kinder se retiraron de sala antes de que se votara, Gerardo Pelusso es el principal candidato para ocupar el cargo.
El nombre de Pelusso es el que ofreció menor resistencia entre los directivos, pero no el único que fue considerado.
De acuerdo con lo que manifestaron los voceros, otros técnicos uruguayos tienen resistencia, ya sea por el peso de lo que piensa la hinchada o incluso por lo que consideran varios dirigentes. En ese rubro, por ejemplo, se encuentran los nombres de Juan Ramón Carrasco y Julio Ribas.
La nominación de Pelusso, cabe destacarlo, podría encontrar algunas trabas si es que aparece en el camino el nombre de un entrenador extranjero.
Aparentemente, hay dirigentes que consideran que es hora de dar un salto en la búsqueda de un fútbol más moderno y dinámico. Para eso, creen que es imprescindible apuntar a otra escuela. Esa iniciativa, empero, encontró en el pasado una gran dificultad: la económica.
Hoy, en caso de optar por un entrenador del exterior, se trataría de lograr la llegada de un conductor que no se haya consagrado totalmente, a los efectos de que sus pretensiones salariales sean acordes a lo que pueden afrontar las arcas tricolores.
Anoche, al cabo de una reunión de la directiva que se extendió más de lo pensado cuando a las 21:00 horas los dirigentes encargaron al "Mate Fast Food" sólo 8 milanesas picadas, quedó acordado que Carreño cobrará algo menos de U$S 45.000 por los 3 meses de contrato que el Estatuto marca debe abonársele a un técnico cuando es cesado.
"No pudieron responder por qué me cesan"
A las 23.30 Daniel Carreño se retiró de la sede de Nacional, a donde fue sin que lo hubieran llamado, y con un nerviosismo que se reflejó en el hecho de que ingresó al lugar dejando las luces cortas y las de posición de su auto encendidas.
Al pie de la escalera que va del hall de entrada al primer piso, Carreño se dio un fuerte abrazo de despedida con Ricardo Alarcón, y se refirió puntualmente al presidente: "Estoy muy agradecido porque me dio la oportunidad de dirigir a Nacional una vez más y aunque no me voy contento ni conforme, considero que es un hombre que el fútbol uruguayo necesita; más que nunca necesitamos gente como Alarcón".
Sobre el procedimiento de su separación Carreño expresó: "Cuando fui a la reunión de esta tarde (ayer en la residencia de Alarcón), para mí era una reunión normal. Hablamos de fútbol y de cómo revertir la situación, pero a mí nadie me llamó a esta reunión de directiva. Sentí algunas versiones de prensa y me vine por cuenta propia, por temas económicos. Ya tengo un antecedente malo con el tema del pago y quise venir a dejar las cosas claras", expresó el ex DT.
"Mi pregunta fue `¿por qué me cesaron?` pero ninguno me pudo responder con certeza", afirmó; y agregó: "Me voy triste y desilusionado. El sentimiento que me nace es tristeza. Creo que esto se revierte y yo tenía fuerzas para hacerlo, pero la directiva creyó que no, y son los que mandan".
Por último enfatizó: "Algunos se habían ensañado conmigo, porque habían perdido preponderancia con el presidente".