Enviados a Charlotte - Estados Unidos
En la interna de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) estaban al tanto de la molestia que tenía el técnico Marcelo Bielsa por un montón de factores relacionados con la organización de la Copa América de Estados Unidos 2024. Nunca pensaron que el técnico de la selección uruguaya fuera tan lejos en sus palabras, cuando ayer en Charlotte brindó la conferencia oficial que es obligatoria antes de los partidos.

El entrenador nacido en Rosario apuntó los dardos para todos lados. Se notó claramente cómo fue “engranando” con cada una de sus respuestas. Fue tomando temperatura, así como cuando los autos viejos se recalientan por el calor, o así como los futbolistas fueron tomando temperatura por el intenso calor que se vivió en Charlotte, en la derrota contra Colombia.

Lo que sucedió ayer recorrió el mundo. Le dio inestabilidad a la estantería del fútbol sudamericano e incluso a la AUF, que desde hace un tiempo a esta parte es políticamente cercana a la Conmebol, por la buena relación que tiene el presidente Ignacio Alonso con el titular del organismo continental Alejandro Domínguez.

Callado, sin mirar a nadie y con cara de pocos amigos, Bielsa se sentó en una sala de conferencias del Bank of Stadium que estuvo llamativamente con escasos 20 periodistas deportivos, que presenciaron una de las conferencias de prensa más rimbombantes de los últimos tiempos, así como lo fue la de Óscar Tabárez en 2014, cuando salió en defensa de Luis Suárez en el Mundial de Brasil.

A Bielsa le saltaban las venas cuando le preguntaron por las posibles sanciones a los futbolistas uruguayos por ir a defender a sus familiares. Sí: defender a sus familiares. Porque, más allá de lo que se quiera decir por gran parte del continente, lo que dijo el DT es real. Ovación lo presenció y le sumó el relató de varios familiares que explicaron qué fue lo que sucedió. Luis Gómez —suegro de Maxi Araújo— contó que le pegaron a su hija; Miguel Ugarte —padre de Manuel— contó los nervios que sufrió al desatarse una avalancha contra ellos, lo que desencadenó que su esposa, Mabel, sufriera una descompensación y un desmayo que los tuvo en vilo durante muchos minutos en la cancha.

Foto: Juan Pablo Romero.

Bielsa se rebeló ante la injusticia. “Cómo puede alguien preguntar si yo tengo temor por las sanciones cuando la única lógica que impera en esta situación que ustedes la conocen, es madres de familia con bebés en brazos, mujeres, esposas, hermanas, madres, agredidas por los espectadores. La protección del espectador no tiene nada que ver con el equipo ni con la federación, ustedes saben de quién es la responsabilidad, y resulta que la pregunta es si yo le temo a las sanciones cuando lo que me tendrían que preguntar, si tuviera un mínimo de sentido común la pregunta, es si los jugadores han recibido las disculpas de quienes tienen dentro de su responsabilidad salvaguardar la seguridad de todos los espectadores”, apuntó.

No hubo controles contra Colombia. En las puertas cada quién pasaba como perico por su casa. Así entraron botellas grandes de aguardiente y cerveza hasta decir basta. Había 70.000 espectadores y los policías brillaban por su ausencia. Desenlace esperable teniendo en cuenta todo lo que sucedió en la previa y en el primer tiempo, donde hinchas cafeteros —no todos— abuchearon el Himno Nacional de Uruguay, cantaron “uruguayos maricones” y tiraron cerveza y hielos para todos lados.

“¿Cómo voy a temer a una sanción que es imposible de que suceda? Los jugadores reaccionaron como lo hubiera hecho cualquier ser humano. Si usted ve que hay un proceso para que eso que sucedió no suceda, si usted vio que, si eso que sucedió, sucede, hay otro proceso para que se atenúe, es decir, una puerta de escape, y una prevención, y las dos cosas no suceden. Y están agrediendo a su mujer, a su madre, a un bebé, a su esposa, a su hermana, ¿qué hace usted?”, retrucó Bielsa.

Pero no fue la única denuncia que hizo. También le pegó al estado de los campos de juego. De los estadios oficiales y de los campos de entrenamiento. Pasó de todo.

Primer entrenamiento en Miami —después de la concentración en Palm Beach— y Ovación pudo ver como Bielsa y el director de selecciones Jorge Giordano partieron varias horas antes que los jugadores, a uno de los entrenamientos previos al debut contra Panamá. Fueron al lugar de entrenamiento a ver cómo estaban las canchas y volvieron más enojados de lo que se fueron porque estaba peor de los que pensaban. Tuvieron que adecuarse y practicar en un mini estadio donde los periodistas podían ver gran parte del movimiento. Los estadios, en tanto, tenían varios de los panes de césped sin unirse uno con otro, porque habían sido plantados recientemente. Es que la mayoría de las canchas de la Copa América eran de césped sintético y lo que hicieron fue removerlo, dejar la estructura dura abajo y colocar el césped.

Foto: AFP.

“Todas las mentiras que han ido diciendo (respecto de) que las canchas están perfectas, o los campos de entrenamiento están perfectos y Bolivia no entrenó, esto es una plaga de mentirosos, y ya dije todo lo que me prometí no decir (...). Scaloni habló una vez, son todos errores sabidos, los norteamericanos no te dicen ‘te doy una cancha perfecta’, te dicen ‘te doy una cancha instalada hace dos o tres días’, y las uniones no cierran y los campos de entrenamiento eran un desastre”, transmitió con enojo.

Según pudo saber Ovación, la AUF cuenta con un montón de imágenes que fue acumulando como pruebas respecto a lo paupérrimo que fue la organización en este sentido y con los problemas que fueron teniendo con las canchas en cada una de las sedes que jugó. Tampoco hay que olvidar que la Celeste fue la selección que más kilómetros hizo en el certamen y que incluso hubo dificultades con algunos de los alojamientos, principalmente con el primero en Miami, que fue cambiado a último momento por la organización del torneo.

Una Copa América que había arrancado notable para Uruguay fue perdiendo fuerza hasta la eliminación y con esta conferencia de Bielsa que frenó muchas de las barbaridades que se quisieron instalar en muchos países del continente. La Celeste se juega hoy la chance de quedar tercera, pero esta novela tendrá más capítulos, con un DT que no se calla.