Una desatención defensiva le cambió el sabor del trago dulce a Nacional por uno amargo a la vuelta de su viaje desde Melo, donde empató 2-2 con Cerro Largo.
Pero, ¿es casualidad? Los números muestran que no. Que ya es casi una tendencia que este equipo se distraiga y termine pagando caro sus equivocaciones, aunque Peñarol ayer por la tarde lo perdonó y desaprovechó la oportunidad para sacarle mayor ventaja en la Tabla Anual.
Le pasó con Boca Juniors, en la serie de octavos de final de Copa Libertadores, cuando un mal despeje de Gonzalo “Chory” Castro le dejó el partido cuesta arriba (aunque luego se pudo rehacer para forzar los penales). También con Fénix, en la penúltima fecha del Torneo Intermedio, donde Fabián Noguera se equivocó en la salida y la mala entrega terminó en un gol de su rival, que le cortó el invicto de más de un año sin perder por el Campeonato Uruguayo en su estadio. Y se repitió el pasado sábado contra Cerro Largo, esta vez con Marcos Montiel como el villano de la historia luego de un cabezazo desafortunado que devino en una asistencia para Hugo Silveira, quien estaba por detrás haciéndole sombra.
El diagnóstico
Del análisis numérico se desprende fácilmente que de los últimos 10 partidos oficiales que jugó Nacional (entre Copa Libertadores y Campeonato Uruguayo) apenas ganó tres y ninguno de ellos fue en condición de visitante.
Además de sufrir en sus salidas, el equipo que encabeza técnicamente Álvaro Gutiérrez tiene serios problemas para defender al momento de recibir centros al área. De los 11 goles que le hicieron en el período señalado, hubo cinco (45%) que fueron tras un flojo despeje defensivo, otros tres que sucedieron por la vía área (con centros directos) y los tres restantes se pueden categorizar dentro del apartado de jugadas bien elaboradas, que en algún caso parten de un contragolpe y en otro surgen a partir de un buen desborde por la punta.
El deglose
La foto más reciente de los goles aéreos que recibió Nacional es la de Martín Gianoli, el defensa de Cerro Largo que convirtió el 1-1 provisorio para su equipo y que apareció muy tímidamente marcado por Juan Ignacio Ramírez al que le saca 25 centímetros de altura.
Pero, al retroceder apenas dos casillas, se replica una acción en la que un rival también le hizo daño al lanzar una pelota bombeada. En este caso Miguel Merentiel, para el momentáneo 1-0 de Boca en La Bombonera.
Si se viaja más para atrás en el tiempo, aún respetando el ciclo de los últimos 10 partidos, aparece otro episodio en el que Plaza Colonia lo inquietó usando la misma fórmula. Lo pagó caro Maximiliano Perg con un gol en contra.