Por Diego Domínguez
Sus padres no le dieron opción. Si jugaba al fútbol, iba a tener que trabajar. Y así fue que Matías Núñez emprendió viaje desde Río Branco hacia Montevideo.
Con apenas 18 años, se puso al hombro los gastos de un apartamento que comparte mano a mano con un amigo. Y casi tres años después de esa alocada aventura se podría decir que su sueño está encaminado.
“El primer año y medio extrañaba un montón, pero ya me adapté”, le confesó a Ovación el futbolista de 20 años. “No me cayó la ficha todavía. Pienso que estoy viviendo una bendición de Dios”.
Entre semana divide sus mañanas entre las prácticas de Oriental de La Paz y la atención al público en una tienda deportiva. Los fines de semana descansa del trabajo, pero deleita con un bolso cargado de goles a sus compañeros. Al menos esa ha sido la tendencia en los últimos dos partidos: “Hice dos hat-tricks en menos de 90 minutos. Fueron los dos en el mismo arco, en la misma cancha”, dijo Núñez, quien suma siete goles en ocho partidos de la temporada, jugando muchos de ellos como volante.
A esta altura, los amigos le dicen que tiene que jugarle a su número de camiseta (30) en la lotería: "Me dicen que le juegue al 3 (por los dos hat-trick) o al 30 (por el número de camiseta).
Él, sin embargo, prefiere seguir con su bajo perfil, desfachatado y mirando de reojo los goles de Erling Haaland en la Premier League.
“Desde los 14 años jugaba en Convento Melo, en el campeonato local de allá (por Río Branco). Después jugué en el campeonato de selecciones Sub 17 y salí goleador con Cerro Largo. Me llegaron propuestas para venir a Montevideo a distintos clubes”, enunció.
Núñez prefirió postergar su venida a la capital para probar suerte en el fútbol sala, en un cuadro de amigos. Se enamoró del deporte por su “dinámica” y “rapidez”. Pero los llamados volvieron a caerle.
Después de un paso por Mar de Fondo y la Tercera de Fénix, desembarcó en Oriental de La Paz, donde es el goleador del equipo. “No soy mucho de pensar en el futuro, me gusta vivir el día a día. El sueño es poder vivir solo del fútbol y pegar un pase a Europa”.