No es el primer tropezón, pero, como reza el dicho, un tropezón no es caída y en la carrera de Gonzalo Carneiro ya han sido varias las veces en las que la suerte no estuvo de su lado y, otra vez, tuvo que remarla y volver a empezar de atrás.
Corría el año 2023, era pleno invierno en Uruguay y él, con un abrigo liviano, se encontraba caminando por detrás de Franco Romero en Los Céspedes, casi pidiendo perdón más que permiso. Lo estaban por presentar como nuevo jugador de Nacional, cuando se sacó las manos de los bolsillos, tomó el micrófono y, poco más que con bombos y platillos, le contestó a la consulta de un periodista: “Hace dos meses que no hacía fútbol. Quería firmar rápido para tener tiempo y empezar cuanto antes”.
El tiempo le dio una cachetada a esa frase, que estaba llena de ilusión y se evaporó con el paso del tiempo. Apenas dos semanas después de haber sido presentado públicamente, fue víctima de una fractura del tercio medio del peroné y por un largo tiempo su presencia se borró de las canchas.
Volvió como un león enjaulado a jugar más de dos meses después, pero la pesadilla tocó a su puerta nuevamente en el siguiente invierno, cuando, en pleno julio, salió rengueando junto al doctor Arsuaga del Estadio Jardines del Hipódromo. Nacional goleó 6-0 a Danubio aquella tarde, pero esa vez el diagnóstico fue aún más oscuro: arrojó rotura de ligamentos cruzados.
A nueve meses y tres días del episodio, la vuelta de Carneiro está más cerca y deja muchas más certezas que dudas. A esta altura del camino, a diferencia de lo que muchos hinchas podrían pensar, su rodilla está evolucionando acorde a los plazos estipulados por los médicos.
Según informaron a Ovación fuentes del club, el futbolista fue operado un par de semanas después de la rotura en Argentina, ya que si bien tenía previsto hacerlo en España, le jugaron una mala pasada los tiempos de los vuelos.
En Buenos Aires, fue sometido a una operación conocida como Lemaire, que está pensada para los deportista de élite que practican deportes con cambios de dirección o contactos frecuentes y apunta a reducir significativamente la posibilidad de una re-rotura a futuro. Esta práctica es habitual para muchos futbolistas de Europa en lugar de la conocida reconstrucción, que habitualmente se aplica en Uruguay al atender estos casos.
“Conlleva un poco más de tiempo, pero le agregan un refuerzo a la rodilla”, explicaron las fuentes consultadas.
El presente en Los Céspedes
Carneiro, que ayer fue fotografiado y subido a las redes sociales de Nacional, tiene la autorización médica para entrenar con el grupo en ciertos trabajos, pero sin roce. “Puede hacer determinada cantidad de ejercicios, pero sin choque. Todavía no está pronto”, aclararon los informantes.
Aunque cada caso es diferente, los tiempos de su recuperación van acorde a lo estimado, ya que una lesión de este tipo en un futbolista suele apartarlo de las canchas entre nueve y 11 meses. Una situación similar es la que está atravesando Renzo Sánchez, que sufrió la misma fatalidad en marzo de 2024.

Todas las señales apuntan a que la vuelta de Carneiro será en junio, ya para el segundo semestre, tal y como estimó el preparador físico Javier Carballo la semana pasada en Carve Deportiva: “Estará para el Clausura. Eso nos dijo el cuerpo medico”.
Semanas atrás, el futbolista se pronunció en redes sociales, visiblemente conmovido por el retiro de Diego Polenta, su amigo y uno de los responsables de que hoy esté en Nacional: “Varias personas, como Polenta, el presidente y el DT, me llamaron. Eso para el jugador suma un montón”, contó a Ovación en su momento.