Lo pidieron una vez. Lo pidieron dos veces y la tercera fue la vencida. Tras el reiterado cántico de los hinchas “Olé, Olé, Lucho, Lucho”, Marcelo Bielsa lo llamó, se sacó el chaleco y el Estadio Centenario explotó en aplausos.

Antes de entrar, el enojo del entrenador argentino. Es que tanto el Pistolero como Giorgian de Arrascaeta estaban prontos para entrar, pero el cuarto árbitro no los autorizó. De todas maneras la situación terminó a las risas porque haber demorado el cambio le permitió a Darwin Núñez anotar su segundo gol.

Tras los aplausos por el gol del artiguense, a la cancha el salteño, no sin antes que José María Giménez se arrime a la banda y le ponga la cinta de capitán en el brazo izquierdo, esa que a Josema ya le había dejado antes del juego, Federico Valverde.

Cuando puso un pie en la cancha, se vio el Luis Suárez que habitualmente se muestra en la cancha. Aguerrido para ir por cada pelota, protestando al árbitro, pero también alentando a sus compañeros de ataque.

Precisamente eran ellos los que una y otra vez buscaban al salteño, seguramente con el objetivo de que el regreso sea perfecto y con gol incluido.

Primero fue Federico Valverde, luego Giorgian de Arrascaeta con un centro que no pudo conectar, pero el que estuvo más cerca fue Matías Viña que sobre el final desbordó y sacó un centro atrás que Suárez, fiel a su estilo, conectó de volea para hacer que la pelota se estrelle en el horizontal antes de irse de la cancha.

Antes de eso, fue uno de los tantos uruguayos que se arrimó a Marcelo Moreno Martins, antes de que el delantero boliviano salga del campo y marque así el final de su carrera en La Verde. Abrazo entre ambos y reconocimiento.

Más allá de que el partido de la pasada jornada marcó el regreso de Luis Suárez a la Celeste tras el juego con Ghana en el Mundial 2022, también sirvió para que el máximo goleador de la historia de la Celeste consiga otro hito: ser el primer uruguayo en jugar cinco procesos de Eliminatorias con la camiseta de Uruguay.

Comenzó previo a Sudáfrica 2010, siguió rumbo a Brasil 2014, luego Rusia 2018 y Qatar 2022 hasta el encuentro de ayer de cara a Estados Unidos, México y Canadá 2026.

“Es una emoción muy linda volver a jugar acá. No me lo imaginaba por cómo se habían dado las circunstancias de los últimos meses después del Mundial”, declaró tras el encuentro.

“Uno con mérito, con trabajo y haciendo las cosas bien en su club creo que se ganó la convocatoria”, sostuvo y también fuereconocido por el entrenador, Marcelo Bielsa: “Hablar de Luis Suárez es hacerlo de un jugador muy querido por el público. El estadio estaba lleno y él fue un actor principal para ello”.

Lo aplaudieron, lo alabaron y lo disfrutaron los propios, pero los extraños también porque mientras se retiraba de la cancha, parte del staff de Bolivia le pidió fotos. Es que Suárez es así, es el Luis de los goles, el de los récords, el de no darse por vencido. Es el Luis, de la gente.