Así como el músico admira a aquel individuo que mejor toca su instrumento y el actor admira al que mejor interpreta una obra, el jugador de fútbol admira al que es mejor que él en lo suyo. Y así como le pasó a muchos de Nacional en su momento con Luis Suárez, hoy ya hay quienes reconocen en Sebastián Coates la grandeza a través de una persona simple, pero también aplicada, que desde el día uno compartió risas y mates con Diego Polenta y Mauricio Pereyra en Los Céspedes.

Es el típico comentario que antes en el barrio se graficaba diciendo “este juega como los Dioses” y que hoy, especialmente los más jóvenes, resumen en dos palabras: “Está robado”.

Con esa referencia, ya se debe dar por entendido que hay un diferencial futbolístico en los dotes del zaguero, de la misma forma que pasó con Mauricio Pereyra durante el primer semestre del año cada vez que un jugador de Nacional le concedía una entrevista a Ovación.

Coates, a pesar de arrastrar algunos problemas de rodilla a sus 33 años y pasar del fin de semana al lunes sin entrenar, tiene todas las energías puestas en jugar el clásico del próximo domingo desde el martes, cuando pisó por primera vez Los Céspedes para iniciar su vuelta. De todas formas, no sería titular.

Fuentes allegadas al plantel de Nacional contaron que algunos de los que comparten de cerca con él y luego se van juntos del entrenamiento en auto ya hasta hicieron bromas sobre su tamaño. Es, sin discusión el más alto de todo el grupo (1,96 metros).

Pero, ¿solo por el hecho de la altura Nacional podría tener la llave del gol?

La estadística reciente marca que de los últimos 10 partidos oficiales contra Peñarol, el tricolor convirtió tres de sus nueve goles por intermedio de un cabezazo. Y eso, aunque no sea el fuerte principal de los dirigidos por Martín Lasarte ahora, es al menos un agregado para tener en cuenta.

Foto: Estefanía Leal.

El entrenador, que apunta a romper el mote de no haber ganado clásicos oficiales en cancha (sí el suspendido por el lanzamiento de una garrafa en 2016), se planteó varios escenarios posibles en la semana, según reconoció en conferencia de prensa. Sus dudas recayeron sobre Gonzalo Petit y Federico Santander, quien sería titular; y la presencia de Sebastián Coates, que todavía es una interrogante.

El resto del equipo de Nacional prácticamente se recita de memoria y eso puede ser una ventaja teniendo en cuenta el último clásico, donde el Chino Recoba aún no había podido repetir una sola oncena y sorprendió con Mateo Antoni de lateral izquierdo.

Los números le dicen a Lasarte que su fórmula ganadora recae entre los espacios que ocupan Alexis Castro y Antonio Galeano, quienes son responsables del 75% de los goles de su era, combinando los goles y las asistencias de ambos.

El entrenador lo sabe y no en vano explicó en una de sus últimas conferencias que el buen nivel del argentino había condicionado hasta el momento la titularidad de Mauricio Pereyra: “Todo eso transcurrió paralelamente con que el equipo ganó con autoridad”.

Foto: Estefanía Leal.

El paraguayo, en tanto, levantó considerablemente desde que fue arropado por el nuevo cuerpo técnico, que tiene un gusto especial por los punteros desequilibrantes en el uno contra uno. De hecho, a los pocos días de que asumieron, se resolvió su renovación de contrato.

La otra pata clave para Nacional estará en el arco, con Luis Mejía, que fue una garantía en el último clásico. Viene de no recibir goles en sus últimos tres partidos con la camiseta de Nacional.