El tridente de los Tellechea tiene sus brazos postrados sobre un sillón. Alfredo (91), el abuelo, es el homenajeado y sigue al firme como aquel día, hace 25 años, cuando el expresidente de Nacional Dante Iocco le entregó su medalla por el cincuentenario.

A pocos pasos de él está Juan José Arrospide, curiosamente primo-hermano de Martín Lasarte (actual entrenador del club), que presume su carné de socio de 1952 y lo cuida como si fuera oro. “A la persona que me insistía para que se lo dejara le dije que no y que mirara quién era el secretario de entonces que me lo firmó: Wilson Ferreira Aldunate”.

Más tarde, aparece caminando sobre la alfombra roja Amanda, una señora a la que en el estadio le decían “andá a lavar los platos”, a pesar de que el desprecio tenía poco efecto. Entre sus seis hermanas y su madre el fanatismo por el fútbol ya se había contagiado por toda la casa, recuerda: “En los partidos con Peñarol ya nos conocíamos. Nos saludábamos de un partido al otro, nos decíamos ‘hasta el próximo, hasta la vuelta’”.

Todos ellos formaron parte de un selecto grupo de 220 personas que en el último año cumplieron 75, 50 y 30 años de adhesión ininterrumpida a Nacional y fueron homenajeados con una velada especial, que incluyó la entrega de una “Doble Atilio de Diamante”, medallas e insignias por su fidelidad como socios.

Estuvo presente toda la comisión directiva para entregarles a cada uno un diploma y además se presentaron exfutbolistas campeones, como Rubén Sosa, Santiago Ostolaza, William Castro, Víctor Espárrago, entre otros.

Foto: @Nacional.

Por fuera de los reconocimientos emotivos, la tardecita también dio material de color con la presencia de la exfiscal Gabriela Fossati, quien se arrimó a la sede en compañía de Alejandra, su amiga, que fue a recibir el premio por su madre.

Entre los saludos, se coló el del presidente Alejandro Balbi, que, en un tono irónico, enseguida les advirtió: “Ojo que son periodistas”. El comentario dibujó una sonrisa en el rostro de las dos mujeres, que se mostraron amables para conversar.

Consultada por Ovación, Alejandra -a quien Balbi le dijo que todavía recordaba su viejo carné de socia- contó que conoce al presidente “desde hace muchos años” al punto de que en ocasiones, cuando la sede social del club era apedreada, era uno de los que aparecía junto a ella para “chequear que no hubiese pasado nada grave”.

Sin rodeos, reconoció que siempre lo “joroba” con que va sumando nuevas medallas año a año. “Mi abuela era tan hincha que cuando jugaba Nacional le llevaba agua bendita de la iglesia a Manga y se la tiraba a las manos”.

Fossati, en cambio, dijo que su conexión con Nacional nació a partir de 1991, con el nacimiento de Matías, su segundo hijo, que en determinado momento la “obligó” a hacerse socia. “Con mi sobrino van a la barra brava y esto es su vida. Primero Nacional y después Uruguay para ellos”.

Para el final quedaron las perlitas. Un hombre identificado como Yamandú Melo se dio el gusto de confesarle a Espárrago: “Si habré gritado goles tuyos...” El segundo socio en pasar al estrado no se aguantó y soltó el llanto. Y los papás de Balbi fueron espectadores de lujos y disfrutaron sentados del espectáculo. Mabel, su madre, bromeó con que su hijo le “rompía los cocos” cuando ella jugaba al tenis en Nacional y fue así que lo tuvo que hacer socio. Pero el padre fue aún más contundente: “Antes de ser de Peñarol, muerto”.