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La nueva vida de Gerardo Alcoba: la felicidad del retiro, cómo aprendió de sus errores y cuál es su pasión

El exzaguero de Peñarol dejó el fútbol hace dos años y desde entonces no ha vuelto a pisar un campo de juego.

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Gerardo Alcoba
Gerardo Alcoba.
Foto: cortesía

por Mariana Malek
Casi dos años pasaron desde el día queGerardo Alcoba (38) le dijo basta al fútbol. No hizo demasiado drama, simplemente lo conversó con su técnico, que en ese entonces era Daniel Carreño en Wanderers, y le dijo que hasta ahí había llegado, que jugaría un partido más y eso era todo.

En aquella práctica, más que consultarle lo que hizo fue pedirle ayuda y en aquel partido de Copa Libertadores puso el punto final a una carrera que lo llevó de Uruguay a Argentina, Ecuador y México. El fútbol lo tenía “agotado” desde lo “físico y lo mental” y no se queja, está agradecido con su carrera, pero reconoció que los éxitos le llegaron tarde por su propia responsabilidad.

“Como todo ámbito en la vida, para ser bueno tenés que vivir para eso. De joven, o sea, hasta los 23 o 24 años di muchas ventajas. ¿Qué te quiero decir con eso? que por ahí era tan joven y me encontraba en un una burbuja tan linda, que me sentí cómodo”, confesó y hasta que no le tocó lesionarse y que se cayese su pase soñado no pudo verlo con claridad.

Gerardo Alcoba
Gerardo Alcoba. Foto: Archivo

“Me encontré casi vendido a Europa, jugando en el equipo más grande del país, como es Peñarol, a lesionarme en el 2011, romperme la rodilla, golpear puertas por todos lados para poder jugar y que nadie me las abriera. Ahí surgió la posibilidad de venir a Colón y fue donde visualicé que en el fútbol si no estás al 100%, se te pasa la vida. Entonces decidí enfocarme 6 y 8 años al máximo, vivir 24/7 para mi trabajo”, aseguró.

En ese tiempo en el que se brindó a pleno tuvo la “felicidad” de jugar en equipos muy populares, con los que vivió años intensos: “Fue una tormenta de situaciones que te desgastan: malos resultados, buenos resultados, lesiones, ventas, descenso, campeonatos... millones de cosas y todo esto siendo capitán en el 90% de los equipos. Entonces la prueba está del desgaste que tuve como futbolista. El esfuerzo me pagó emocional y económicamente, pero a mí no me quedó más energía”, enfatizó.

Gerardo Alcoba
Gerardo Alcoba. Foto: Archivo
Estefania Leal/Archivo El Pais

La decisión de retirarse la pensó durante algunos años. “Me preparé para dejar mi carrera y hoy disfruto de disfrutar, valga la redundancia, el tiempo para mi familia o un atardecer. Cosas simples que los futbolistas no podemos hacer por diversas razones. Millones de cosas que la gente normal hace. Nunca fui muy famoso o popular, pero pertenecer a la sociedad de la parte no futbolista me gusta mucho”, señaló.

El retiro implicó prepararse y hacer terapia con Gabriel Gutiérrez. Hoy reconoce que buscar apoyo fue algo muy importante y que todos los jugadores deberían tener: “Nosotros los futbolistas, hablando en general, carecemos de herramientas educativas, sociales y montón de cosas porque venimos de entornos y de recursos bastantes limitados desde lo familiar. Precisamos ayuda, porque con 20 años, te encontrás con salario elevado, diferentes cosas que nunca en tu vida imaginaste y es muy difícil solucionar todo ese tema; es muy complicado entender que todo el mundo te diga que sos un fenómeno y al mismo tiempo que no servís para nada, es una montaña rusa hasta la carrera del futbolista. Entonces hay que estar muy equilibrado y ¿qué pibe de 20 años está equilibrado?”, se cuestionó.

Además, indicó que a todo eso se suma la montaña rusa de la carrera, donde el jugador recibe “mil golpes” y que quienes hacen una verdadera diferencia económica son muy pocos, entonces la ayuda es clave.

Polémicas y recuerdos.

Aunque hizo una exitosa cerrera internacional, no todo fue color de rosas. En 2007, un control antidopaje dio positivo a metabolitos de cocaínay atravesó uno de los episodios más traumáticos de su carrera y al que aún 15 años después no le encuentra una explicación. “Me hizo daño, porque aún no puedo saber exactamente la causa. Era algo que cada vez que venía un doping me quitaba el sueño porque tenía miedo de qué podía pasar y lo traté en terapia”, señaló. Al final del día, reconoce, que tanto a él y a Mathías Corujo -quien también dio positivo- los hizo más fuertes.

Luego de superar el mal trago, en 2008, protagonizó una de las primeras viralizaciones de imágenes en internet: las fotos de una fiesta de disfraces por el cumpleaños de Maxi Arias en un boliche de Montevideo con el resto de sus compañeros de Peñarol circularon en cadenas de correo electrónico y fueron criticados.

Gerardo Alcoba
Gerardo Alcoba. Foto: Archivo

“Hoy con 38 años lo analizo fríamente y entiendo que hoy no se podría hacer. Era otra época, habían menos celulares y difusión. Fue un cumpleaños, que no tuvo nada de malo, solo que éramos todos amigos, de Peñarol. Ahora entiendo las críticas que recibimos y me parecen bien, objetivamente. No deberíamos haberlo hecho”, reconoció.

Esa misma época es a la que se refirió hace pocos días Gerardo “Boca” Arias, sobre la que le afectó la carrera a su sobrino Maxi. “Él era un chico joven que tenía una personalidad que nadie le decía qué hacer y él casi no tomaba alcohol, le gustaban las motos y los autos. Era un pibe joven que jugaba en Peñarol y no tenía un problema con el alcohol”, señaló.

Con otra madurez, entiende que tal vez, el exponerse y salir como en esa época no fue la decisión más acertada y que probablemente hoy no lo haría.

Gerardo reconoce que no siempre acertó en su carrera y, que tal vez, tomó muchas decisiones de las que se arrepiente, pero de ellas también rescata lo positivo: “Me equivoqué muchísimo pero aprendí muchísimo y gracias a esos errores fui generando un perfil de jugador y persona”, declaró.

Esos aprendizajes repercutieron en ser designado capitán, ganar campeonatos y el balón de oro en México. “Esto habla de todo lo que hay que trabajar después que uno no hace las cosas bien. Pero sin mis errores no me hubiese convertido en el soldado que fui”, señala.

Futuro.

Para Gerardo su etapa en el fútbol fue tarea cumplida y ahora se toma una pausa que no sabe de cuántos años será, pero lo que tiene claro es que en el futuro trabajará donde realmente se sienta cómodo.

Mientras tanto, disfruta del fútbol como espectador o hincha y se encuentra en una postura distinta, la del fanático: “Ahora me pasan cosas que antes no me pasaban. Como enojarme con los jugadores o ponerme nervioso”, contó. De todos modos no descarta volver desde una parte “más académica”, no como entrenador o representante sino tal vez trabajando o apoyando a su hermano Gabriel, también exfutbolista, quien actualmente dirige a Libertad de San Carlos.

Gerardo Alcoba.
Gerardo Alcoba.

Mientras disfruta de su pausa, descubrió una nueva pasión: el pádel. “Era un deporte que ya me gustaba cuando jugaba al fútbol, pero no tenía mucho tiempo”, reveló.

Y agregó: “El día que me retiré empecé a jugar fuerte al pádel y es una de las motivaciones que tengo, me hace feliz, me mantiene entrenado, sano, compitiendo y encima, aparte de eso, me generó un grupo de amigos muy lindo en Argentina, totalmente alejado del fútbol y por ahí encontré la felicidad”.

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