Un día acompañó a su hijo hasta la facultad. Al otro, su hija cumplía años y estaba haciendo mandados. La semana de Jorge García suele ser atareada y el fin de semana -por suerte para él- también lo es.
A la alegría que le da disfrutar de sus hijos Thiago (18) y Emma (6), el exfutbolista le sumó, hace seis meses, volver a estar en su hábitat: en el ambiente del fútbol.
Así como los hinchas y los jugadores se preparan desde temprano para ir a la cancha, él lleva medio año haciéndolo, pero desde otro rol. Hace seis meses que Jorge García está trabajando en la Asociación Uruguaya de Fútbol y sus funciones son variadas, pero siempre en la cancha, donde se siente cómodo.
“Yo hago distintas tareas. A veces estoy de boletero, a veces en el vestuario de los jueces, en la puerta de entrada de alguno de los equipos o por el sector donde entran los encargados de la transmisión televisiva, pero siempre cerca”, confesó García a Ovación con el tono de satisfacción en su voz.
La vida le dio muchos golpes dentro y fuera de la cancha, pero Jorge García a sus 37 años confiesa que está feliz. “Hoy en día trato de estar con mis hijos y de disfrutarlos como tal vez no lo hice en otro momento. Trato de disfrutarlos, apoyarlos y acompañarlos, así como ellos lo hacen conmigo en todo momento y a eso le sumo lo del trabajo que me tiene muy contento”, admitió.
El mismo fútbol que tan feliz lo hizo mientras lo tuvo adentro, fue el que ahora le dio una revancha porque incluso un excompañero fue quien le abrió las puertas a su nuevo vínculo laboral.
García se muestra agradecido una y otra vez. Con sus hijos, con sus compañeros y sobre todo con Matías Pérez con quien compartió plantel en Danubio y hoy, integrante del Ejecutivo de la AUF, lo ayudó en un momento complicado por el que atravesaba.
“Le expliqué mi situación que estaba sin trabajo y se portó muy bien, él y muchos otros. Hay muchas personas que hicieron un gran esfuerzo para que yo hoy esté acá y me recibieron de la mejor manera tanto los encargados como los compañeros con los que me llevo excelente y a eso sumarle la satisfacción de volver a estar cerca del fútbol”, confesó.
“Volver a estar cerca del fútbol”, es una frase que mientras duró la charla se pudo escuchar en varias ocasiones porque para García el deporte fue su vida durante muchos años y así como le dejó algún dolor de cabeza, también le dio grandes satisfacciones.
Tal es su pasión por el deporte que el año pasado hasta se animó a volver a las canchas jugando en el club Ciudad del Plata. “Estoy viviendo cerca de Playa Pascual y empecé a hacer amistades y también estaba Sergio Suffo que fue compañero mío en Cerro, nos fuimos arrimando e hicimos todo a pulmón porque hacíamos rifas y lo que sea para sacar adelante el equipo”, cuenta sobre el club del que de todas maneras se alejó hace un tiempo debido a su nuevo régimen laboral.
Volviendo a ese plano sostiene que también le llama mucho la atención la gente que lo reconoce y es otro motivo para alegrarse porque el trabajo le permite reencontrarse con muchas personas: “Es lo más lindo estar en el fútbol, porque uno nació para el fútbol y ama el fútbol y estar cerca es lo más lindo que me pudo pasar y hay que tratar de disfrutarlo día a día. Encontrarme con gente vinculada al fútbol y cantidad de excolegas que hacía muchísimos años que no los veía también es muy importante”.
“La gente se pone contenta cuando me ve. De verme bien, recordar anécdotas y es lo lindo que queda, además me deja contento de que no me hablan de temas que pasaron, me destacan que estoy bien y eso ayuda. Estoy muy contento porque me recibieron de la mejor manera y es lo más lindo que le puede pasar a una persona”, dijo.
El surgido en Danubio, que también tuvo pasajes por Cerrito, Albion, Cerro, Villa Teresa y Huracán del Paso de la Arena en Uruguay, así como también por el Demócrata de Brasil vivió en la pasada jornada un día muy especial. El motivo fue que precisamente ayer cumplió los seis meses en su nueva tarea, esa que lo lleva por las distintas canchas del fútbol uruguayo y que, por ejemplo, lo llevó el pasado fin de semana al Domingo Burgueño Miguel para el partido entre Deportivo Maldonado y Peñarol donde se cruzó con el periodista que pocos días después se contactó con él para realizarle la nota.
Las imágenes que ilustran esta publicación fueron tomadas en el Estadio Luis Tróccoli porque fue en el que le tocó trabajar este sábado en el partido entre Cerro y Fénix en el vestuario de los jueces, así como hoy en la tardecita tendrá que hacerlo en el Estadio Campeón del Siglo en el marco del choque entre Peñarol y Danubio por la octava fecha del Torneo Apertura.
Su jornada comienza bastante tiempo antes de que la pelota empiece a rodar porque tiene que decir presente en el escenario correspondiente alrededor de tres horas antes, allí firma y le indican cuál será su tarea que, como mencionó, puede cambiar de partido a partido lo que también hace más dinámica la labor.
“A nosotros nos pasan los partidos y nos pasan el nombramiento de cada uno para saber qué partido nos toca. A qué hora y en qué estadio y al llegar es que te indican cuál es el rol de cada uno”, detalló Jorge.
Si bien recorrió muchas canchas en estos seis meses en los que lleva trabajando en la AUF, hay una muy especial para él en la que no ha podido ejercer su nueva tarea: Jardines del Hipódromo.
“Yo siempre voy a estar más que agradecido con Danubio y siempre lo tengo en el corazón”, le había confesado a Ovación en abril de 2023 respecto al club al que también fue a ver en distintas ocasiones ya siendo un exfutbolista.
De todas maneras, aunque no visitó esa cancha en la que tantas veces mostró todo su talento, pudo estar vinculado al equipo que lo formó: “Jardines del Hipódromo no me tocó, pero sí me tocó un partido entre Danubio y La Luz en el Parque Palermo por Copa AUF Uruguay y justo tuve que trabajar en la entrada del vestuario de Danubio y me reencontré con mucha gente porque estaba Diego Perrone, Mario el equipier del plantel, muchos dirigentes y muchos excompañeros que todavía están en el plantel como Mauro (Goicoechea)”.
Las canchas, esas que durante mucho tiempo lo vieron desplegar toda su clase y esas de las que durante tantos años estuvo alejado, son las que hoy le vuelven a abrir las puertas.
Dicen que quien es jugador de fútbol, nunca deja de serlo y nunca pierde esa pasión que una vez tuvo.
Jorge García no la perdió, al contrario, la envalentonó con su nuevo rol. Ese que lo depositó una vez más en el fútbol, pero que además le reconforta el alma fin de semana tras fin de semana y así lo vive: “Estoy muy contento por la oportunidad, pero sobre todo por la chance de demostrar que uno ha cambiado y está con ganas de trabajar y más si es en el ambiente del fútbol”.