Luciano Rodríguez es el héroe que le dio la Copa del Mundo a Uruguay. Pero también es el protagonista de una historia de superación que se inicia en las viviendas del barrio La Teja, compartiendo hogar con su madre y su abuela. “Aunque no haya pasado parte de mi infancia ahí, siento que en ese lugar nací”, narró quien también vivió en Capurro y Sayago.

Cuando estaba arrancando en la Sub 16 de Bella Vista sufrió una lesión en una vértebra de la espalda que lo marginó un año de las canchas. “Sufrí mucho en ese momento porque no sabía si iba a volver a jugar al fútbol, tuve que hacer reposo total. Eso anímicamente me mató porque juego desde que tengo cuatro años”, contó.

Quedó con el pase en su poder por no cumplir los minutos deseados. Y como en su casa no sobraba nada, Luciano veía cómo su madre hacía doble y hasta triple turno como auxiliar de una mutualista. “Ese año casi no la veía porque trabajaba todo el día para mantenernos bien a nosotros, para que yo no me desmotivara y pudiera cumplir mi sueño de jugar al fútbol”, relató orgulloso.

Y en plena adversidad surgió la oportunidad de hacer una prueba de aspirantes en Progreso, el club donde se consolidó. Aunque al principio no le resultó nada sencillo adaptarse, jugó en Quinta, Cuarta, Tercera y en setiembre de 2020 ya lo habían subido a Primera.

Foto: Juan Manuel Ramos.

Su debut llegó en enero de 2021 bajo la conducción de Gastón Añón. Luego arribó al club Maxi Viera y su mejor nivel se vio con Álvaro Fuerte en el banco. Su agradecimiento hacia el club es eterno. Por su identificación y porque el nivel que mostró allí le permitió iniciarse en el proceso de juveniles de Uruguay.

Foto: Estefanía Leal.

Por eso en el momento más complejo, cuando Progreso descendió a la “B”, se quedó para apoyar. “Me vinieron a buscar cuadros como Peñarol, también Montevideo City Torque, pero opté por quedarme un año más en el club. Fue una muestra de agradecimiento hacia Progreso por abrirme las puertas”.

En diciembre de 2022 fue comprado por Liverpool. Dio un salto deportivo y también económico que le permitió cumplir un sueño. “Me dolía no ver en todo el día a mi madre y le pedí que dejara de trabajar. Quería devolverle parte de todo lo que ella me dio”, detalló.

Ya en pleno brillo en el Sudamericano Sub 20 con Uruguay, comenzaron los elogios de una leyenda. “'Estás loco Lucho Rodríguez. Impresionante. Golazo de crack. Top'”, expresó Luis Suárez tras su festejo de tiro libre ante Paraguay.

Luego, una vez que fue campeón del mundo Sub 20, recibió un mensaje especial suyo vía WhatsApp: “Me escribió después de la final, pero eran tantos los mensajes que me llegaron ese día que nunca llegué a leer los suyos. Recién después de un mes fijándome en las conversaciones no leídas vi un número desconocido, entré y me di cuenta que era él felicitándome por lo que habíamos logrado”, inició.

Y añadió: “No lo podía creer, que Luis Suárez me escribiera fue muy emocionante porque me recordó las palabras que me había dicho durante el Sudamericano; esos mensajes para mí fueron un orgullo. Y para Uruguay era un plus que él nos estuviera viendo”.

¿Cuál fue la respuesta del artillero salteño después de que Luciano lo dejara en lista de espera? “Me hizo una broma y me dijo: ‘Ya te agrandaste‘”, ja. Le dije que eran muchos los mensajes que no había leído; obviamente le pedí disculpas y que no se enojara por eso”, cerró el jugador negriazul contando que es un orgullo personal recibir su elogio. Ahora sueña con seguir los pasos de su ídolo.

Luis Suárez y Diego Forlán son sus máximos referentes y está orgulloso de que sean uruguayos. “Los sigo desde el Mundial de Sudáfrica 2010 cuando yo tenía siete años”, narró el atacante de Liverpool.

Sobre el caso puntual del Pistolero, afirmó: “Aparte de ser un gran jugador y de todo lo que ha logrado, es tremenda persona”, comenzó. Y agregó: “Que alguien tan importante como él tenga elogios hacía mí me hace bajar la pelota al piso y pensar para qué estoy. Me motiva para seguir adelante y cumplir mi sueño”.

En su horizonte está el anhelo de jugar en la selección mayor: “Si fuera por mí estaría todos los días en el Complejo Celeste, pero eso no se puede, ja”, comentó con su alegría característica.

Y luego sostuvo que lo importante es mantener la mesura: “Tengo que ir paso a paso y día tras día esforzándome. No tengo que desesperarme, sino disfrutar del proceso y después los resultados se verán”. Pero su deseo de compartir cancha con Suárez sigue latente: “Sería un sueño poder tenerlo ahí. Es un animal competitivo y aprender un poquito de él me haría crecer como futbolista”, proyectó.

Con respecto al partido clave del domingo frente a Peñarol, donde quien gane será el líder del Torneo Clausura, expresó en primera instancia: “Peñarol viene jugando bien, viene ganando. Nosotros también venimos de la misma forma y tenemos las herramientas para jugarle de igual a igual y ganarle”.

Foto: Francisco Flores.

Luego contó cuál es el objetivo de los dirigidos por Jorge Bava: “La idea es ser protagonistas como todos los partidos que salimos a jugar”.
Consultado por los sectores donde sienten que puede hacerle daño al mirasol, contestó: “Me siento identificado por cómo jugamos, las conexiones que tenemos con pelota y eso es importante para el partido”.