La ansiedad está comiendo a más de un hincha de Nacional. Muchos se preguntan quién será el primer nombre fuerte que anunciará la nueva comisión directiva del club. Otros, como Manuel (un usuario de Twitter) se apresuran y ya sueltan: “Qué mercado (de pases) malo”. Tranquilos: el pasado fin de semana esa primera duda quedó resuelta.
Según pudo saber Ovación a través de fuentes cercanas al jugador, el venezolano Rómulo Otero finalmente llegará a Uruguay y se incorporará a entrenar en Los Céspedes a partir del 3 de enero. Empezará desde el vamos los entrenamientos con el plantel principal, que un día antes habrá iniciado la pretemporada bajo las órdenes del entrenador Martín Lasarte.
Pese a que algunos medios brasileños habían anunciado que Otero renovó su contrato con Santos, eso finalmente no pasará. La propuesta económica de quedarse por dos años en los tricolores lo sedujo y el cambio de aires, en principio, pinta como un win-win para las dos partes.
Nacional, que tiene una carencia importante en los tiros libres -al punto tal de que solo convirtió dos goles de esa forma en 2024 y le sirvió para romper una racha de cuatro años y seis meses sin lograrlo por esa vía-, tendrá un diferencial en la pelota quieta y Otero, que ya jugó en la liga de su país, Brasil, Chile, México y Arabia Saudita, sumará un nuevo desafío por fuera de fronteras a una edad óptima (32 años).
Una de las curiosidades de este mediocampista ofensivo, que también puede jugar volcado a las bandas, es que en el Brasileirao, en 2020, recibió un rodillazo mientras trastabillaba y el impacto lo hizo perder cuatro dientes. La situación se dio durante un partido en el que defendía a Corinthians y se enfrentaba a Atlético Goianiense.
Su llegada implica una apuesta fuerte para Nacional, que excede la barrera del tope salarial fijado por la anterior comisión directiva y “rompe” la chanchita por un jugador que, entienden, “va a marcar la diferencia”. De reojo, también se empiezan a analizar sondeos por Lucas Sanabria, Bruno Damiani y Antonio Galeano.
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