La imagen de la televisión lo captó en el momento justo. Faltaban tres minutos para terminar el segundo clásico de verano, Nacional ganaba 2-0 y el resultado parecía corto para lo que había sido el trámite del encuentro. La cara de Diego Aguirre lo decía todo. Miró el piso, se frotó la frente, abrió y cerró los ojos un par de veces y por último le dijo a su ayudante Juan Verzeri en el oído: “Hay que trabajar mucho”.

Peñarol cerró la preparación de verano con más dudas que certezas. En resultados cosechó una caída con Newell’s (0-1), un triunfo contra Belgrano (1-0) y dos derrotas clásicas (una en penales tras empatar 1-1 y otra 0-2). En rendimiento, lo mejor estuvo en el segundo tiempo del primer encuentro ante Nacional donde consiguió la igualdad y generó tres situaciones más como para llevarse el partido (incluso jugando con un futbolista menos).

“Ya analizaremos el partido en estos días. Hay que transformar este mal momento, mal comienzo, en trabajo. En superarnos y enfrentar lo que viene y proponernos que cuando comience el torneo oficial estar mucho mejor que lo que estuvimos hoy”, dijo la Fiera, sin vueltas, tras la última derrota.

“No es momento de sacarnos la culpa. Hay que asumirla y trabajar mucho, para que cuando comience el campeonato estemos mejor de lo que estamos ahora. Hay que asumir la derrota, masticar bronca y seguir trabajando para superar este mal comienzo”, agregó.

El aurinegro decidió no renovar ningún contrato de los que vencían para esta temporada y además se desprendió de otros jugadores, por lo que estaba claro que quedaba obligado a realizar una transformación importante. Y ese recambio supuso riesgos que hoy el equipo está pagando en la cancha y que explican el presente mirasol.

Foto: Estefanía Leal.

Peñarol abrochó hasta el momento las incorporaciones de: Javier Cabrera (Argentinos Juniors), Byron Castillo (Pachuca), Eduardo Darias (Deportivo Maldonado), Maximiliano Silvera (Santos), Diego Sosa (Racing de Montevideo), Javier Méndez (América MG), Nahuel Acosta (Cerro), Gastón Ramírez (San Lorenzo), Washington Aguerre (América MG) y Leonardo Fernández (Fluminense). También de Máximo Alonso, que volvió de su préstamo en Deportivo Maldonado.

Sin embargo, aunque ya contrató prácticamente un equipo nuevo, el período de pases no está cerrado. Según pudo saber Ovación con fuentes del club, los dirigentes y la estructura deportiva buscan uno o dos defensores más, uno o dos centrodelanteros y un extremo.

“Es parte de este mal comienzo que nos está costando. Estamos esperando por algunos jugadores que faltan para cerrar el plantel, pero no vamos a justificar esta derrota por eso. No tuvimos un buen partido y debemos trabajar en todo aspecto para que el equipo presente otra imagen. Porque la verdad que no fue buena. Esperábamos hacer un partido mucho mejor, pero no encontramos los caminos”, indicó Aguirre.

También hay que tener en cuenta en la valoración que la Fiera todavía no pudo aprovechar a sus mejores refuerzos. Gastón Ramírez, el jugador “con más jerarquía” del plantel según el propio DT, recién debutó en este último clásico cuando ingresó en el complemento. Con poco rodaje encima y aún sin estar al 100% desde lo físico, fue el mejor. Se animó a agarrar la pelota, a romper líneas y a patear al arco. En un nivel sumamente bajó, destacó.

Foto: Estefanía Leal.

Otro caso es el de Leo Fernández. Entró también un rato luego de tan solo tres entrenamientos. Peñarol espera mucho de él porque es un futbolista de jerarquía y que llega vigente desde el último equipo campeón de la Copa Libertadores.

Maxi Silvera, el mejor del verano (marcó los dos goles), se perdió más de 10 días de pretemporada por un conflicto legal con Santos que no le permitía entrenar con el mirasol. Debutó en el primer clásico con solo una práctica arriba y marcó de chilena. Luego hizo otro tanto contra el Pirata cordobés. En el último clásico no le dieron juego. Hoy es el único futbolista de área que tiene el plantel (José Neris fue operado de meniscos a comienzos de enero).

No hay que perder de vista que, a pesar de que el 2023 no terminó de la mejor manera, Peñarol perdió a sus tres mejores futbolistas: Sebastián Rodríguez, Matías Arezo y Abel Hernández. En un equipo en formación, donde faltan refuerzos y aún no se recita un 11 de memoria, quedan en evidencia sus ausencias. A pesar de que la Joya se perdió gran parte de la temporada por lesión y que el Cabeza en los últimos partidos bajó su nivel producto de una lesión en el pie, entre ellos tres, el aurinegro se desprendió de 43 goles de la pasada temporada. Una cifra muy alta.

Es tan nuevo el plantel de Peñarol que en el último clásico fue capitán Maxi Olivera, que entre sus dos ciclos en el club apenas completa una temporada regular. Contra Belgrano, incluso, el encargado de llevar la cinta fue Javier Méndez que recién había debutado en el anterior encuentro.

Seguramente cuando se termine de cerrar el plantel y todos los jugadores estén en óptimas condiciones físicas y a la orden de Diego Aguirre, puedan aparecer otros líderes como por ejemplo el propio Ramírez.

Foto: Estefanía Leal.

En la depuración que se hizo del equipo, además de Rodríguez, Arezo y Hernández, Peñarol dejó ir otros futbolistas como para cumplir esa función: Matías Aguirregaray o Hernán Menosse.

La pésima temporada 2022, el duro recorrido internacional 2023 (sin puntos en fase de grupos de la Sudamericana) y el Uruguayo del año pasado que perdió de forma poco creíble ante Liverpool, llevan a que la tribuna quiera ver resultados inmediatos.

Durante el clásico comenzaron a exigirle “un poco más de huevo” a los jugadores cuando en realidad más que un tema de actitud dentro de la cancha el problema que tenía Peñarol era que no podía hilvanar una jugada ofensiva y sufría mucho atrás. La figura de Aguirre viene conteniendo el humor de la tribuna, pero el tiempo pasa y el club sabe que no puede estar jugado simplemente a la espalda del ídolo.