En el seno de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tienen claro dos cosas: por un lado, que es casi un hecho que los futbolistas de la selección que cometieron actos indisciplinarios en el Mundial de Qatar 2022, tras quedar eliminados, deberán cumplir una sanción -determinada por FIFA- y, por otro, que cuanto más se calmen las aguas, más favorable puede ser el panorama final para la defensa.

Es por esa razón que quien asiste a los uruguayos, el abogado argentino Ariel Reck, entendió que era pertinente pedir una extensión del plazo límite para entregar los descargos al máximo organismo del fútbol, que le fue concedida.

En sí, la intención de la defensa es “bajar las repercusiones” generadas producto del potencial mediático que tiene la Copa del Mundo mientras continúa desarrollando su respuesta, indicaron a Ovación fuentes allegadas al caso.

Por el momento, no hay plazos establecidos para conocer el resultado de la sentencia, aunque desde AUF estiman que será a fines de enero.

La asociación había optado por recurrir a los servicios de Reck desde antes del comienzo del Mundial, previendo cualquier situación adversa y de “importancia” posible. La decisión, que se dio tras un común acuerdo entre dirigentes, se basó en su “buena llegada a nivel de FIFA”y en su actuación previa en la disputa legal que llegó al TAS en la que Nacional le reclamó satisfactoriamente los tres puntos contra Cerro Largo por el Clausura 2021. Los tricolores iniciaron el reclamo al entender que el entrenador Danielo Núñez, estando suspendido, había intervenido en el encuentro pese a tenerlo prohibido.

La discusión se centrará en el próximo mes en ver quién paga por los platos rotos de Qatar. Es posible que además de sanciones deportivas, lleguen multas para los futbolistas Edinson Cavani, Fernando Muslera, José María Giménez y Diego Godín por sus conductas antideportivas. En esos casos, la federación es normalmente la encargada de abonarlas, explicaron fuentes vinculadas a la defensa.

Ariel Reck, un profesional especializado en el área, bien sabe de comandar fallos que terminan siendo favorables a sus defendidos. No en vano fue el artífice que lideró la respuesta de la AFA a los expedientes que la FIFA le abrió a Lionel Messi en 2017 por insultar a un juez de línea en un partido ante Chile. De ser penalizado con tres partidos, el ‘10’ pasó a no estar siquiera sancionado tras la intervención del abogado y pudo jugar los próximos partidos.