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Contrario a lo que pasa con figuras del fútbol cuyas vidas siguen ligadas al deporte, el uruguayo-mexicano Nery Castillo optó por alejarse y vive de la pesca, informó la edición de San Luis de Potosí del diario el Universal de México.

Nery Castillo Confalonieri, nació en México, hijo de Nery Castillo Farías, futbolista artiguense. A los dos años regresó a Uruguay y se formó como futbolista en Danubio, pero debutó en primera división en el Olympiakos de Grecia, a donde viajó de juvenil. Tuvo la chance de elegir entre las selecciones uruguaya, griega y mexicana, aunque terminó decantándose por la última.

El exdelantero se retiró joven del fútbol: tenía 31 años y se lo consideraba aún apto para el fútbol de élite. Sin embargo, la muerte de sus padres y su mal vínculo con la hinchada mexicana y la prensa lo fueron cansando.

Su primera incursión en la industria de la pesca fue cuando abrió Nery’s Fishing en Atenas.

Allí, lejos de la presión de los medios mexicanos (con la que tuvo serios problemas), Castillo encontró un mundo en el que disfrutó del privilegio de la privacidad.

El uruguayo-mexicano aseguró que no extraña nada del mundo del fútbol y prefiere compartir, a través de sus redes sociales, sus capturas más notables. Su pasión pesquera es algo que inculca a su familia y lo hace incluso cuando se toma unos días de vacaciones.

Si bien Castillo fue una de las grandes figuras de la selección de México que terminó tercera en la Copa América 2007, fue señalado como uno de los responsables del fracaso de las Eliminatorias mundialistas para Sudáfrica 2010.

Durante una rueda de prensa en 2009, Castillo no soportó más la presión y respondió molesto: “La diferencia es que yo estoy en Europa y tú te vas a quedar aquí en México”.

Con los hinchas en contra, su presencia en el equipo fue menos recurrente. En 2014, dejó definitivamente el fútbol.