Una de las grandes falencias que había tenido Peñarol durante varias temporadas en los últimos años era la ausencia de un “9” goleador, un lamento que tras la aparición de Agustín Álvarez Martínez y la llegada de Matías Arezo quedó relegado, pero que siempre es tema de charla en el club.
Y luego de la salida de Arezo —que estuvo una temporada a préstamo— el Mirasol salió nuevamente al mercado y eligió a Maximiliano Silvera, quien en silencio pero con una gran presentación —gol de chilena en un clásico de verano— se fue transformando en una de las grandes figuras del equipo de Diego Aguirre.
El club también fue a buscar a Matheus Babi pero el brasileño no rindió como se esperaba aunque viene de poner un doblete en la goleada 5-0 ante Cerro.
Y precisamente ante el Albiceleste fue que Peñarol encontró más funcionamiento en sus delanteros, sobre todo en los dos de área que fue a buscar en el último período de pases: Facundo Batista y Felipe Avenatti.
En la goleada 5-0 que dejó al Carbonero como único escolta del líder Danubio en el Torneo Clausura y como puntero de la Tabla Anual con siete unidades por encima de Nacional, la Fiera apostó de entrada al doble nueve. Cambió el esquema clásico del 1-4-2-3-1 para pasar al 1-4-4-2.
Y desde el inicio del partido, el doble nueve de Peñarol demostró su potencial y sobre todo, la contundencia.
Apenas un minuto pasó del encuentro que un largo pelotazo de Nahuel Herrera desde el fondo aurinegro lo corrió Felipe Avenatti ante la pasividad de la defensa de Cerro. El corpulento delantero pisó el área y lejos de ser egoísta, levantó la cabeza y lo vio a Batista por el medio. Facundo no perdonó y la mandó a guardar.
Festejo Carbonero y golpe importante en el amanecer de un partido que iba a tener muchas más emociones para los delanteros de Peñarol.
Es que Batista estuvo intratable dentro del área rival. Unos minutos después de anotar ese primer tanto, tuvo la chance de otro y Mathías Cubero se lo impidió.
Pero era la noche del delantero porque iba a tener revancha. Y por partida doble. A los 14 minutos, cabeceó un centro de Gastón Ramírez desde la izquierda para mandar la pelota al fondo de la red y luego, ya en el complemento, aprovechó un pase de Alan Medina —de gran debut con tres asistencias— a los 61’ para establecer su primer hat-trick con la camiseta de Peñarol y el segundo en su carrera. El primero había sido también frente a los albicelestes.
Con esos tres gritos, Batista —de 25 años— llegó a seis tantos en el Carbonero y ya anotó por el Campeonato Uruguayo —Intermedio y Clausura— y por Copa Libertadores.
El delantero que está a préstamo desde Necaxa de México, suma un total de 10 presencias con la camiseta del Mirasol con 303 minutos y un promedio de un gol cada 51’.
Facundo Batista demostró por qué Peñarol lo fue a buscar y además, se entendió a la perfección con Felipe Avenatti conformando un doble nueve que metió miedo y que plasmó mucha contundencia. A ellos se sumó Matheus Babi, quien entró e hizo dos goles.
Se benefició Peñarol, pero también Diego Aguirre porque otra vez dio en la tecla con la elección de los “9” para poder darle descanso a Maximiliano Silvera, su delantero titular que no estuvo el domingo y que viene siendo uno de los puntos más altos del aurinegro en la temporada 2024.
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