No sacar el pie del acelerador. Esa fue una de las virtudes de Uruguay para terminar goleando 4-0 a Irak y tener un debut perfecto en el Mundial Sub 20 ayer por la tarde en La Plata.
Esto no es novedad para el equipo de Marcelo Broli que en el Sudamericano dos veces marcó tres goles y otras dos cuatro, demostrando que si puede marcar diferencia lo va a hacer siempre.
Lo hizo en la pasada jornada ante un equipo asiático que era una incógnita luego de lo ocurrido en lo extrafutbolístico, pero que estuvo lejos de generarle peligro a la Celeste. Apenas algunos remates lejanos, que fueron muy bien controlados por Randall Rodríguez que cuando tuvo que actuar, lo hizo muy bien.
Es cierto, también, que a la Celeste le costó abrir el marcador. El primer gol llegó recién a los 38’ tras una gran jugada individual de Franco González y la asistencia para Matías Abaldo que remató cruzado para poner en ventaja a Uruguay, pero a partir de ahí, no frenó nunca.
De movida en el complemento llegó el segundo y fue un baldazo de agua fría para el conjunto iraquí. Andrés Ferrari aprovechó la asistencia que esta vez aportó Abaldo para estirar la ventaja y que el juego pasara a disputarse con otro contexto.
La diferencia en el marcador le permitió a la Celeste jugar con esa tranquilidad que tan complicado suele ser encontrar en un partido de este calibre y donde había más de 5.000 personas en las tribunas, entre ellos, sus familiares.
¿Por qué hablamos de un partido perfecto? Porque más allá de los cuatro goles a favor, la Celeste terminó con su arco en cero y hasta sin amarillas, todos detalles que luego pueden jugar al momento de la clasificación.
Sin ir más lejos, la diferencia de +4 que adoptó el equipo de Broli lo deja muy bien encaminado de cara a los partidos ante Inglaterra (25 de mayo a las 15:00 en La Plata) y ante Túnez (28 de mayo a las 15:00 en Mendoza) y no hay que olvidarse que las tarjetas influyen en el Fair Play que puede ser un método de desempate.
Y con el 2-0 en el marcador apareció otra de las claves: la pelota quieta. Clave durante toda la historia del fútbol uruguayo, la Celeste lo sacó a relucir gracias a que cuenta con un gran ejecutante como Fabricio Díaz y buenos cabeceadores.
El capitán dio gala de su pegada y lanzó un centro preciso que conectó Facundo González, aunque el gol se lo terminaron dando en contra al arquero de Irak. Unos minutos más tarde la fórmula fue la misma, pero cambió un protagonista. Alan Matturro fue quien ganó por arriba para sentenciar así el 4-0 de Uruguay que le permitió a la Celeste tener un comienzo ideal.
Si ilusión era la palabra que se repetía en la previa, esa será también la que acompañe al plantel en las próximas horas. La Celeste tendrá que seguir trabajando, pero ahora lo hará con los primeros tres puntos en el bolsillo y una actuación perfecta.