Las denuncias de abuso impactan en el deporte

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Competitors participate in the Men's 20KM Walk at the 2015 Pan American Games in Toronto, Canada July 19, 2015. AFP PHOTO/HECTOR RETAMAL PANAM2015-CANADA-WALK-MEN'S-20KM
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ACTUALIDAD

La denuncia de la exatleta Aldana Sabatel se suma a una serie de situaciones que comenzaron a exponerse en el ámbito deportivo y que preocupan.

El diccionario de la Real Academia Española otorga dos definiciones al verbo “abusar”. La primera dice: “Hacer uso excesivo, injusto o indebido de algo o de alguien”. Mientras que la segunda señala: “Hacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder”.

En los últimos años, los testimonios de abusos de la mano del Me Too y de estas situaciones en el ámbito deportivo crecieron de forma exponencial. El más sonado internacionalmente fue el de Larry Nassar, exmédico del equipo de gimnasia de EE.UU., que recibió una condena de entre 40 y 175 años de prisión por siete cargos de conducta sexual delictiva en primer grado tras ser denunciado por unas 300 mujeres, entre las que figuraron Simone Biles o Aly Raisman.

El documental de Netflix, Atleta A, es un claro ejemplo sobre cómo los abusos se dan y crecen en el ámbito deportivo y como deportistas, principalmente mujeres jóvenes, quedan presas de situaciones que implican manipulación, violencia psicológica y sexual.

Simone Biles fue oro y Alexandra Raisman la plata. Foto: Reuters.
Simone Biles fue oro y Alexandra Raisman la plata. Foto: Reuters.

Hace algunas semanas, en Argentina comenzó a circular el hashtag #noesyogaesabuso, en el que diferentes referentes del Yoga denunciaban haber sido víctima de situaciones violentas. La instructora uruguaya, Ticky Yoga, se hizo eco de la situación y el movimiento llegó a Uruguay.

“Me sentí muy identificada porque viví algo muy similar acá en Uruguay con una persona que consideraba referente. A raíz de que empezamos el movimiento, aparecieron muchos testimonios y la realidad es que ahora estoy intentando acompañar y apoyar a las víctimas”, contó a Ovación.

Luego de que el movimiento #noesyogaesabuso se viralizara, un nuevo caso salió a la luz: la exatleta e instructora de yoga Aldana Sabatel, contó en Instagram lo que experimentó durante su adolescencia con su entrenador, de quien no reveló la identidad.

“Durante muchos años lo callé por ser menor y no darme cuenta de lo que se trataba, por no haberme perdonado el tolerar todo lo que pasó sin conciencia del daño”, escribió Sabatel en su cuenta de Instagram.

A lo largo del extenso posteo, detalló los tipos de abuso que sufrió como violencia piscológica, trastornos alimenticios y hasta abuso sexual. Según informó a Ovación Marcos Melazzi, el presidente de la Confederación Atlética del Uruguay, la deportista no quiso hacer la denuncia y la organización ahora evalúa como proceder.

Visión profesional.

El psicoterapeuta especializado en psicología de la actividad física y del deporte y en psicología social, grupal e institucional, Jesús Chalela, dijo a Ovación que las situaciones se dan en todos los deportes y en todo el mundo suceden este tipo de atrocidades.

“También lo hemos visto en otros contextos de la sociedad, la familia, la Iglesia Católica y en oficinas. La perversión en algunas personas está a flor de piel. Los trastornos psicológicos de ciertos adultos por la presión al resultado, por mantener su puesto de trabajo y por ser exitosos los lleva a realizar cualquier tipo de violencia”, agregó.

Para ejemplificar lo que atraviesan quienes están ante esta situación, el psicólogo citó las palabras de una gimnasta que contó cómo se sentía a El País Madrid: “Aguantaba porque la gimnasia seguía siendo mi pasión y quería formar parte de la selección española. Lo veía tan cerca que decía: no lo puedo dejar ahora, tengo que seguir. Llegué a pensar que tenía que aguantar todo lo que había que aguantar para poder llegar, y que si no lo hacía, no iba a llegar”.

“Esta frase expresa lo que muchas veces piensan la mayoría de las y los deportistas que fueron víctimas de acoso sexual y otras formas de violencia interpersonal. Para cada tipo de violencia interpersonal se han asociado diferentes ítems: la violencia psicológica incluye, entre otros, las amenazas, humillaciones, exclusión o aislamiento. La física, los castigos u obligar a competir a alguien que esté lesionado; la negligencia es la falta de apoyo o supervisión. La violencia sexual incluye tocamientos, miradas, comentarios sexuales o ritos de iniciación sexual”, aseveró.

Las situaciones que enfrentan los y las deportistas tienen que ver con el vínculo que establecen con sus entrenadores: “Son personas con incidencia, en una relación de confianza, de trabajo diario, de viajes juntos, lleva a que se crea un vínculo muy cercano donde los y las adolescentes pasan muchas horas diarias de convivencia, confiando por lado y aceptando, por miedo, todo tipo de violencia”, indicó.

Consultado sobre por qué muchas veces tardan en denunciar, explicó: “Para los y las adolescentes denunciar este tipo de atropellos a la privacidad, de vulnerar sus derechos como persona, no es nada fácil. Sienten que no les creerán, que el adulto se va a enojar con ellos, que lo y la pueden sacar del equipo o señalarles como mentirosos. Hay casos en que las víctimas lo comentaron en la familia y no fueron escuchados”.

Respecto a los pasos a seguir, remarcó que tal como dejan expuesto las películas, documentales, testimonios de las víctimas y hasta instituciones del Estado, las federaciones en general no se hacen cargo.

“Partamos de la base, que en nuestro país, todavía se sigue discutiendo si hay que dar educación sexual en las escuelas y liceos. Claro que hay que dar, con especialistas, con un lenguaje apropiado a las edades de quienes los reciben. Pero también, seguimos viendo que es un tabú hablar en la familia sobre lo sexual, el desarrollo psicosexual o la maduración. Los niños y las niñas preguntan si el espacio familiar está abierto al diálogo. Los y las adolescentes hacen lo mismo. Es oportuno hablar sin represión, nuestra sexualidad es parte de nuestra vida”, enfatizó.

Además, Chalela indicó que psicólogos del deporte en Uruguay y en todo el mundo recomiendan a las federaciones e instituciones deportivas tener profesionales especializados en la materia para trabajar desde la prevención.

Entre los beneficios de incorporar profesionales, está el asesoramiento de equipo técnico, de salud, dirigentes, así como a los y las deportistas. Al mismo tiempo que es clave para “detectar todo tipo de violencia y de abuso”.

Jugadoras de Hockey. Foto: AFP.
Jugadoras de Hockey. Foto: AFP.

Algunos casos de abuso que impactaron en Uruguay

l En diciembre de 2016, 20 jugadoras del equipo femenino de Nacional denunciaron a su técnico, Ignacio Chitnisky, por diversos tipos de abuso y violencia de género. En una carta publicada a través de Montevideo Portal contaron que en su trabajo con el técnico fueron víctimas de situaciones de “burlas” por el aspecto físico y otro tipo de situaciones violentas.

En 2017, el técnico denunció al plantel, sin embargo una jueza desestimó la denuncia. Finalmente el técnico fue denunciado por las futbolistas por violencia de género, informó Referí.

Otro de los casos que sacudió al deporte nacional fue el caso de la Federación Uruguaya de Hockeysobre césped, donde un grupo de jugadoras denunció acoso y abusos por parte de quien fuera entrenador de la selección uruguaya de hockey sobre césped Sub 18 Olímpico e integró el cuerpo técnico de la selección mayor.

La Federación de Hockey presentó una denuncia en la Fiscalía y derivó el caso al Tribunal de Penas de dicha disciplina deportiva. Luego de las denuncias, presentadas principalmente por menores, la Federación de hockey presentó una denuncia en la Fiscalía y derivó el caso al Tribunal de Penas de dicha disciplina deportiva.

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