Las peculiaridades de Walter Domínguez, el menor de 12 hermanos que llegó a la selección y pide dejar un vicio

El delantero de Soriano fue contratado por Fénix y se vio obligado a mudarse a la Ciudad Vieja; tuvo que cambiar sus hábitos alimenticios para hacerse profesional a los 24 años.

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Walter Domínguez junto con José Neris en plena práctica de la selección local de Uruguay.
Walter Domínguez junto con José Neris en plena práctica de la selección local de Uruguay.
Foto: Leonardo Mainé.

Los goles del barrio, de los picados de fútbol 5 (o 7), y los festejos sin camiseta con la selección de Soriano se transformaron en vidriera para que la Celeste tocara su puerta. Walter Domínguez (24 años), de ser un simple nombre asonante en el fútbol de OFI, se convirtió en noticia mundial de un instante a otro por el llamado a participar del seleccionado uruguayo compuesto únicamente por futbolistas del medio local, que esta madrugada viaja a Costa Rica.

Además de ser el único citado del fútbol amateur, su caso sorprende porque sus raíces marcan una realidad ajena a la que viven el resto de sus compañeros, que desde hace años están inmersos en la burbuja profesional de Montevideo.

Para empezar, es el menor de 12 hermanos que se criaron en una familia humilde, en el barrio Artigas del departamento, donde empezó el baby fútbol en Mercedes Rovers, y en el departamento vivía hasta hace unas semanas, que lo contrató Fénix para jugar en Tercera División y se mudó a Ciudad Vieja.

Con cinco años empezó a tener los primeros contactos con la pelota sin saber lo que le esperaba. Llegó a la edad de formativas y su equipo se desafilió, pero un compañero le hizo todos los papeles y resolvió su pase en cuestión de horas para desembarcar en Juventud Soriano.

El equipo fue responsable de transformarlo en centrodelantero, cuando antes era un mediocampista que corría por fuera. En el club, cerró el 2023 convirtiendo 38 goles en la liga y más de 40 sumando todas las competiciones. Aunque se "mataba" entrenando, dice, comía "cualquier cosa" y estaba lejos de seguir los cuidados a la par de un profesional.

Walter Domínguez entrenando con la selección local de Uruguay.
Walter Domínguez entrenando con la selección local de Uruguay.
Foto: @Uruguay.

Fénix apareció tras el llamado a la Celeste y la propuesta llegó con indicaciones nutricionales para equilibrar su alimentación. Mientras tanto, Domínguez siguió dedicando alrededor de cuatro horas diarias al fútbol, su mayor pasión. La exigencia en algún caso le valió el rezongo de su técnico.

Desde fútbol 11 hasta la modalidad de 5, dice ser un afortunado, ya que lo invitan a jugar y nunca paga. En todo caso, responde después con goles.

Para aquellos niños que quieran seguir su sueño y correr atrás de él, tiene un consejo: "Tendrían que dejar un poquito el celular; es un vicio muy grande. Dejen un poquito el celular y las computadoras, que son un vicio malo".

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