TORNEO CLAUSURA

La bronca con la que quedaron todos los hinchas de Nacional ayer fue grande. Muy grande. Es que todos son conscientes que los tricolores dejaron pasar una oportunidad inmejorable de perfilarse muy bien para poder ganar el tricampeonato y depender de sí mismo. Sí, depender de sí mismo, porque el fallo por el reclamo de puntos a Cerro Largo fue favorable y con un triunfo Nacional hubiera quedado como único líder de la Tabla Anual.

Pero Nacional empató contra un Liverpool que nunca bajó los brazos. Y a los hinchas les duele la forma en la que se dio el empate, porque los tricolores tenían todo para confirmar el triunfo.

Nacional ganaba 2-0 con un gol en el inicio de cada uno de los tiempos con el golpe emocional que ese hecho implica en el adversario, y parecía tener controlado el partido. Más considerando las situaciones de gol que el albo marró cuando Liverpool ya había descontado.

Nacional falló, no estuvo a la altura de lo que su hinchada quería, ni de lo que su historia marca, como sucedió en la derrota con Deportivo Maldonado. Claro que los jugadores y el cuerpo técnico eran los primeros en querer un triunfo, pero no lo pudieron plasmar. Y ahora sueñan con otra mano de un rival, en este caso se la tiene que dar Sud América el sábado, para seguir ilusionado con ganar el tricampeonato. Además de rezar por ese resultado, debe vencer a River.

Bergessio abrió el marcador de cabeza con un gol que llegó tras un lateral, en un error garrafal de la defensa rival.

El negriazul complicaba con la velocidad de Fede Martínez a las espaldas de Méndez. Trezza y Fernández pudieron poner el 2-0, pero ambos fallaron sus ocasiones.

En el complemento, Bava fue ambicioso: sacó a los dos laterales (de bajos rendimientos) y colocó a otros dos con vocación más ofensiva, como Pintos y Martirena. El DT de Liverpool fue más allá: cuando Trezza puso el segundo mandó a la cancha a Viega y Chacón. Así, el negriazul fue tirándole el equipo arriba a un Nacional que buscaba que los minutos pasaran.

El partido se hizo atractivo, de ida y vuelta. Se notaba a la legua que Nacional necesitaba un volante de marca más, pero en el banco no lo tenía (Trasante suspendido; Píriz y García lesionados). Se sintieron Trezza y Zunino, entraron D’Alessandro y Monzeglio, Ligüera mandó a Carballo al lateral y Diego Rodríguez, muy solo, hizo agua en el medio. A esa altura, Martínez ya había descontado con un golazo.

Álvarez (mal arbitraje) anuló un gol de Cantera por supuesta falta de Zunino a Lentinelly (deja muchas dudas), luego el arquero le tapó el gol al 30 y en la réplica de esa jugada, Seba Fernández, que no festejó, sentenció el empate.