No se veía venir por ningún lado y, apremiado por la necesidad de puntos, Peñarol tuvo que recurrir a una obra maestra de Leonardo Fernández, que la colgó del ángulo en el primer minuto de adición y decretó el 1-0 frente a Danubio en Jardines.

Es un golpe de efecto por donde se lo mire. Porque cuando parecía que la pelota se iba a las nubes bajó en el momento exacto. Porque el propio número 8 dejó en el olvido un errático partido y retomó su confianza habitual y también porque el aurinegro se aseguró la cima en soledad de la Anual por una fecha más.

Con 17 puntos, logró ponerle presión en el Clausura a Nacional, que hoy juega ante Miramar Misiones.

El funcionamiento todavía sigue en deuda. Peñarol ganó por segunda vez consecutiva y lo hizo sin gustar, pero se quedó con tres unidades que puede llegar a recordar cuando finalice el Campeonato Uruguayo.

El Mirasol padeció el primer tiempo ante un rival ordenado que lo inquietó con Maxi Cantera jugando entre líneas y las arremetidas de Cristhian Tizón y Mateo Peralta por las bandas. Jugó incómodo y se salvó de recibir goles; por eso Diego Aguirre no dudó y pateó el tablero para el complemento con el ingreso de Gastón Ramírez y Leo Sequeira.

Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

El argentino entró encendido y aprovechó un rebote para definir con precisión e ir directo a celebrar. Sin embargo, Mathías De Armas lo anuló vía VAR por mano previa.

Y luego llegó el intento de ganar como sea con recambios y mucho ímpetu. Pero, después de la expulsión del Colo Romero, el talento de Fernández destrabó un partido arduo.

Un Aguirre eufórico como pocas veces lo fue a celebrar con los jugadores y le dio una leve cachetada a Leo Fernández en modo: ‘Te dije que lo patearas vos‘, por el pedido previo que le había hecho cuando Ramírez y Sequeira se aprontaban enfrente a la pelota.

“Era un partido muy difícil por la cancha, se nos complicó bastante y nos costó adaptarnos. Lo bueno es que nos llevamos tres puntos que van a ser importantes para el resto del año”, dijo Fernández.

Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

Sobre su golazo, que llega luego de varios encuentros en los que no estuvo en su máximo esplendor, afirmó: “Ayuda mucho a la confianza, y también la concentración y el estar metido hasta lo último”. Ahora llegó el momento de rotar pensando en la Copa Libertadores y se espera que Peñarol reciba a Boston River el sábado con suplentes.