Redacción El País
Con una ventaja de solamente dos puntos en la Tabla Anual sobre su perseguidor Nacional antes de comenzar la fecha, Peñarol llegó a Jardines del Hipódromo para enfrentar a Danubio que también es uno de los animadores del Torneo Clausura.

En medio de un calendario algo apretado por la fecha entre semana y que el aurinegro enfrentará a Botafogo el próximo día 23 de octubre por la Copa Libertadores, Diego Aguirre entendió el partido ante La Franja como uno de los más importantes del semestre ante un duro rival y por esa razón alineó a la mayoría de los titulares en el once inicial.

Los dos equipos sabían lo que se jugaban y no era un partido fácil para la terna arbitral que, antes de la hora de juego tuvo la jugada más polémica del encuentro y, mediante el VAR, se anuló un gol que pudo abrir la cuenta.

A los 54 minutos el argentino Leonardo Sequeira venció con un derechazo al arquero Mauro Goicoechea y salió festejando colocándose la pelota por debajo de la camiseta pero el festejo del punta Mirasol se vio interrumpido. El video arbitraje había llamado al árbitro Mathías De Armas para revisar la jugada que había puesto en ventaja al equipo de Aguirre.

La acción había comenzado con la proyección de Javier Cabrera por banda derecha del ataque y, luego de dejar a su marcador por el camino, el Cangrejo descargó para Leonardo Fernández que regresó en este partido tras una suspensión por acumulación de amarillas.

El ex Fluminense remató al arco pero el tiro fue más parecido a un centro y ahí fue que Leonardo Sequeira recibió al pelota cerca del punto penal. El futbolista argentino remató en primera instancia pero fue bloqueado por un defensor, la pelota fue a la altura de su pecho, volvió a controlar y, en segunda instancia, volvió a rematar al palo izquierdo del arquero de Danubio para convertir.

De Armas revisó la jugada en el VAR y constató que el jugador de Peñarol se valió de la posición de su brazo derecho para poder controlar la pelota rebotada en el jugador de Danubio que había bloqueado su primer remate.

Foto: Estefanía Leal | El País