Ante la pregunta de si el fútbol perdió un jugador o ganó un entrenador cuando decidió colgar los botines, Martín Varini no sabe qué responder, pero hay algo que el actual director técnico de Defensor Sporting tiene bien claro: “Siempre sentí que mi vocación estaba vinculada al liderazgo y a conducir un grupo y eso en el papel de entrenador calza perfecto”.

VOCACIÓN. A sus 32 años su carrera como entrenador y por qué no su vida tuvieron el mismo ascenso vertiginoso que el juvenil defensor que hace diez años llegó al primer equipo del Tuerto, integró una selección juvenil y estuvo cerca del fútbol italiano pero decidió perseguir otro objetivo. “Tenía el deseo de terminar mis estudios”, confesó Varini, que se recibió de Licenciado en Administración de Empresas y trabajó dos años como administrador y jefe financiero, pero el bichito de ser entrenador siempre le picó.

“Me acuerdo muy claro que cuando estaba trabajando en la oficina del World Trade Center me llamaron de Defensor porque estaban enterados que estaba haciendo el curso de entrenador y a ver si no quería trabajar en la escuelita. La motivación fue 100% vocacional. Había una diferencia económica muy grande, yo dejaba de recibir mucho dinero por cambiar de profesión pero era una cuenta pendiente. Lo tomé como un desafío y al día de hoy agradezco esa decisión porque encontré mi vocación”, valoró el licenciado, que al día de hoy aplica su formación en administración en lo deportivo.

FORMACIÓN. “La gestión de equipos, el liderazgo y ordenar procesos se da tanto en el ámbito empresarial como en un equipo de fútbol. El fútbol va evolucionando hacia eso y me ha tocado trabajar en tres equipos en modalidad de club empresa. Hay estructuras, cargos, responsabilidades y son ambientes que me son familiares y me puedo desarrollar de buena manera”, dijo Varini en relación a su primera experiencia en Primera División en Rentistas y luego por propuesta de Paulo Pezzolano para sumarse a su cuerpo técnico en Cruzeiro y Valladolid donde lograron los objetivos en dos ligas de elite.

En tres años Varini pasó de la escuelita de Defensor Sporting a dirigir en tercera y primera. “Había procesos que me había salteado y quería vivirlos. Y entendía que al lado de un entrenador como el Papa iba a generar mucho aprendizaje y crecimiento. Estoy eternamente agradecido. Fue una gran alegría cuando se consumó el ascenso. Los felicité a todos y al Papa por la capacidad de resiliencia que demostró, porque hizo frente a un entorno muy adverso”, destacó Varini. A la vez, valoró que Pezzolano entendió cuando Defensor se puso otra vez en contacto con él pero esta vez para hacerse cargo del primer equipo.

“Defensor me sedujo desde un primer momento porque es mi casa. Desde los 13 años estoy vinculado al club”, confesó el entrenador, que a pesar del huso horario europeo seguía al equipo: en una video llamada sorprendió a los dirigentes violetas por su conocimiento del plantel y los hizo darse cuenta de que él era el indicado.

Foto: Ignacio Sánchez

COMPROMISO. “Es un 100% con la profesión pero sin descuidar aspectos de la vida que son sumamente importantes. Ese equilibrio es lo más beneficioso para estar con la cabeza tranquila y tomar buenas decisiones”, confesó Varini. En su casa tiene una oficina donde mira mucho fútbol, analiza rivales, a su propio equipo y trata de estar al día con las últimas tendencias internacionales para ver qué detalles puede implementar en su equipo. “Me gusta ser bastante inquieto en eso”, reconoció.

LLEGA TALENTO. Así definió la captación de Defensor Sporting, una característica del club que conoce bien. Rodrigo Dudok debutó con 16 años y Patricio Pacífico con 17. “Hay una gran parte de nuestro trabajo que es pedagogía pura. Buscamos darles un proceso, que conozcan el modelo de juego y eso los ayude a rendir mejor. Uno intenta acompañarlos y que entiendan que hoy su realidad única es Defensor. El nombre de muchos suena en cada mercado y necesitan hacerlo bien acá para poder destacarse y consolidarse cuando les toque la oportunidad. Que no sea solo una venta y no estén de vuelta en seis meses”.

Por su edad, pero como entrenador, Varini también tiene gran proyección. “Busco el crecimiento de forma constante, pero haciendo las cosas bien las posibilidades aparecen y los sueños se van cumpliendo”, afirmó.