Redacción El País
Liverpool volvió a ganar por el Campeonato Uruguayo luego de seis fechas, 2-1 sobre Progreso en Belvedere por la décima fecha del Torneo Clausura. Es noticia por la flojísima campaña del vigente campeón uruguayo esta temporada, que lo ubican en el penúltimo lugar de la Tabla Anual a pesar del triunfo del día, lo que generó que el clima en el recinto negriazul estuviera más tenso que de costumbre.
Pero la tensión se incrementó todavía más durante los 15 minutos del entretiempo luego de un polémico festejo del futbolista Diego García dirigido a los hinchas negriazules, y el que pagó los platos rotos fue el presidente José Luis Palma.
Lo que pasó fue que el equipo local comenzó el partido perdiendo, pero encontró el gol del empate en la última pelota del primer tiempo. García definió abajo del arco y salió festejando rumbo a la tribuna principal del estadio —donde estaban ubicados los parciales negriazules— y se llevó las manos a las orejas para hacer la clásica seña del Topo Gigio.
Los hinchas explotaron contra el jugador y cambiaron el grito de gol por insultos, al momento que el árbitro del partido —Andrés Matonte— marcó el final de la primera parte, dando paso a que los equipos se fueran al vestuario.
Antes de comenzar el segundo tiempo del partido, el presidente negriazul José Luis Palma regresó del vestuario a la tribuna para seguir viendo el juego, pero enseguida fue abordado por un grupo de tres o cuatro hinchas.
Los parciales le habrían recriminado sobre el mal momento deportivo por el que pasa el club durante este campeonato (cambió de entrenador hace dos fechas, tras el cese de Emiliano Alfaro y la contratación de Joaquín Papa), y entre los reclamos se dio un leve forcejeo antes de que intercediera un funcionario del club que caminaba junto a Palma. La situación no pasó a mayores.
La explicación de Palma
"Respecto a lo que pasó, lo que yo debo decir es que no estoy de acuerdo en que los hinchas puteen a los jugadores ni tampoco con el gesto (de Diego García), pero pasa en todas las partes del mundo y Liverpool no puede ser la excepción", señaló antes que nada en diálogo con Punto Penal.
Sin embargo, lo que más valora es la actitud posterior del jugador: "Había un cisma entre él y los hinchas, entonces qué pasaba si erraba ese gol (de penal, que fue el 2-1 en el segundo tiempo). Él tomó la responsabilidad, yo rescato la personalidad del jugador que en esas circunstancias toma la pelota y patea el penal. Un jugador psicológica y deportivamente muy afectando, pero en el momento que lo necesitábamos apareció".
Sobre su altercado con los hinchas en la tribuna, explicó: "Un grupo de los que están atrás del arco entra al vestuario en el entretiempo y yo los corrí para afuera. Después sí hubo un entredicho, que 'el club es de nosotros' y las mismas cosas de siempre. Por suerte sí es de ellos y no de una SAD, de accionistas que no saben donde queda Uruguay".