Luego de todo el bullicio que se generó por el primer título del Uruguayo de su historia, Liverpoolempezó la temporada con bajo perfil, con muchas ausencias, pocas incorporaciones -la mayoría sin renombre- y un técnico que está teniendo su debut a cargo de un plantel principal. Ganó la Supercopa Uruguaya contra Defensor Sporting en su primer partido oficial del año y ayer se despachó con un triunfo contra Nacional 2-1, como si fuera una continuación de la temporada anterior, cuando se le hizo costumbre derrotar a los equipos más populares del país.
Los goles en contra de Franco Romero y el de Franco Nicola le dieron un justo triunfo al equipo de Emiliano Alfaro, que nuevamente mostró sus credenciales como DT, no perdiendo la paciencia cuando el tricolor empató y apostando a sacarle provecho a las falencias que tuvo el rival, como los huecos que supo dejar en varios momentos del encuentro, metiendo la pelota en los sectores más desprotegidos de Nacional.
Con el 11 inicial que eligió Álvaro Recoba, Mauricio Pereyra quedó flotando por adelante de los tres volantes más atrasados, aunque con Antonio Galeano más volcado a la derecha, dejando más desguarnecido el sector izquierdo, donde quedaba el carril para los avances de Gabriel Báez, que la mayoría de las veces no fueron fructíferos. A Nacional le costó filtrar pelotas para encontrar a sus dos delanteros; quizás la más clara fue cuando Gonzalo Carneiro logró desmarcarse a los 4’ y Sebastián Lentinelly se lució.
Luciano Rodríguez fue incontrolable en el primer tiempo, sacando rédito de su potencia y del 1 vs 1. Polenta y Romero abusaron de los envíos en largo y el partido se fue armando. Con el 1-0 (error clave de Lozano) el partido se fue haciendo cada vez más cortado. Si bien Recoba acertó al colocar a Gastón González para darle más amplitud por izquierda, la única explicación para sacar a Lucas Sanabria fue la amarilla que recibió el volante, que fue el que le brindó mayor intensidad al equipo para recuperar. El Chino no sacó a Lozano a tiempo (no dio pie con bola y tenía amarilla), no tenía a otro lateral en el banco (Haller quedó afuera del plantel) y así no pudo disfrutar del empate que había logrado 2’ antes Ruben Bentancourt después de un penal (bien cobrado) que se ejecutó dos veces por invasión.
Con la roja Nacional nunca se pudo acomodar en la cancha, Liverpool hizo el segundo y pudo hacer más goles si no fuera por Luis Mejía. No habrá clásico, porque el campeón está en los cuartos de final de la Copa.