La lluvia revienta las calles de Montevideo y, a falta de sol, el capítulo de Juan Izquierdo abre una nueva página que refleja luz en la voz de dos hombres que lo protegieron como si fueran sus padres.

Jorge Bava y Gustavo Ferrín, protagonistas del Liverpool campeón uruguayo en 2023, hablaron a corazón abierto con Ovación y recordaron las vivencias de un año que quedará para siempre grabado a fuego en sus memorias.

Hoy, que la distancia los separa -uno está viviendo en México y el otro en Uruguay- vuelven a estar unidos por un sentimiento común: el amor por ese carismático y humilde trabajador morocho, que era conocido por todos por ser fanático del tambor y hablar maravillas de su hija en el ómnibus sentado al lado de Thiago Vecino.

“Era muy querido por todos nosotros”, reconoció el actual entrenador de León, a quien el fallecido futbolista consideraba un técnico “muy cercano” al plantel, que escuchaba mucho al grupo y por momento parecía ser uno más de ellos.

Bava, sin saberlo, fue en la misma sintonía con sus halagos y acotadas -pero emotivas- palabras. “Ese grupo era especial. Eran mis hijos y así les decía. Se me fue uno”, se sinceró.

La receta del éxito en su convivencia se trasladó a la cancha, donde los créditos más ocultos los tuvo el trabajo silencioso de Ferrín, quien fue mediador de ese plantel campeón desde su rol como director deportivo.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Aunque las entrevistas no son lo suyo -porque considera que hay otros protagonistas “más importantes”-, esta vez hizo la excepción y actúo “con el corazón”. No podía dudar en formar parte de un homenaje teñido de raíces negriazules para alguien tan especial, que se le subió a caballito para darle un abrazo cuando fueron campeones: “A esa imagen la voy a guardar con el mejor de los recuerdos. El afecto y todo el cariño que le tuvo la gente, más allá del deportista, fue porque era un ser humano increíble. Me voy a quedar con todo lo lindo que viví y compartí con él en un año glorioso de Liverpool, en el que disfrutamos mucho, hubo muchísimo trabajo y muchísimas responsabilidades y que seguramente significó una etapa deportiva muy feliz para él. Me quedo con ese lindo recuerdo y esa sonrisa que sale en todas las fotos. La familia tiene que estar orgullosa de él”.