LIVERPOOL 

Liverpool consiguió anoche en el Gran Parque Central el tercer título oficial de su historia. Y el más importante.

Mucho se criticaba hace un tiempo atrás al negriazul porque a pesar de su coherencia y orden institucional y de su solidez económica, no conseguía un título. Pues bien, en el último año y medio se puso al día y logró tres. El Intermedio del 2019, la Supercopa Uruguaya y ahora el torneo Clausura. Levantando la copa en forma anticipada, faltando aún dos fechas para el final.

Dos de sus títulos fueron frente a Nacional, lo que le da aún más valor. Le hizo ocho goles al tricolor: los cuatro que le anotó en el partido disputado en enero del 2020 en Maldonado y los cuatro que le hizo anoche a domicilio en el Gran Parque Central.

Liverpool llegó anoche al escenario tricolor invicto y sabiendo que debía aprovechar el empate de Montevideo City Torque y la derrota de Peñarol. Salió con gran actitud a jugar una final y dispuesto a ganarla. Lo consiguió y con goleada frente a un grande en su casa.

La sonrisa de Marcelo Méndez, cuando su equipo se puso tempranamente en ventaja con gol de Jean Pierre Rosso quien culminó una jugada preparada, lo decía todo. Las cosas comenzaban a salir como las había planificado.

Ocho minutos más tarde, la sonrisa de Méndez fue aún mayor. Su equipo ampliaba la ventaja con un golazo de Alan Medina. Y ese tanto tenía un significado extra. El año pasado Medina estuvo cuatro meses sin jugar por una malformación vascular que le provocó convulsiones.

El primer tiempo de los de la Cuchilla fue perfecto. Con la batuta del “Tofi” Hernán Figueredo, le pasó por arriba a Nacional. Lo dominó absolutamente y bien pudo irse al descanso con una ventaja aún mayor de no ser porque su goleador histórico, Juan Ignacio Ramírez se perdió dos tantos.

Pero el “Colo” no podía estar ausente en la red en un partido tan importante y tuvo su revancha al marcar el tercero de penal. Gastón Pérez, que había ingresado, cerró la goleada.

Seguramente, a muchos kilómetros de la Blanqueda, en Pachuca, México, Paulo Pezzolano debe haber sonreído de la misma manera que Marcelo Méndez. Es que el “Papa” fue el que le cambió la cara a Liverpool. En él confió el presidente José Luis Palma no sólo para que dirigiera al primer equipo, sino para que se hiciera cargo de las formativas. Y así comenzó la transformación futbolística del negriazul. Por eso, ayer, desde Belvedere salió el nuevo campeón.