La desesperación del Sapito Exequiel Mereles era la misma que la de los hinchas en su conjunto. El apuntado fue Gabriel Báez -a quien Flavio Perchman le gritaba para que le picara “a la espalda”- y su descontento pasaba por haber preferido tirar un pase en largo al vacío en lugar de jugársela al pie.
El chico recién había entrado. Pero la falta de reacción ya era una realidad que se percibía desde un rato antes. Iban 83 minutos de partido, la pantalla del Viera seguía mostrando empate 0-0 con Danubio y la gente de Nacional pedía soluciones ante un problema que era urgente. O los jugadores sacaban un gol de abajo de la tierra o, lentamente, se les empezaba a escapar la última bala del Campeonato Uruguayo.
En cada toque erróneo o cambio de canción de la hinchada se escuchaba un murmullo que le ponía presión al equipo. Tal vez por eso el presidente Alejandro Balbi atinó a buscar al Diente Nicolás López para hablarle durante el entretiempo mientras Martín Lasarte apeló a animar a los hinchas. Finalmente, con el silbatazo de Leodán González, la pesadilla dejó de ser un sueño.
No hubo caso. Algunos hicieron silencio absoluto y apuntaron con miradas desafiantes. Otros desde la tribuna repartieron agravios, que se multiplicaron cuando el plantel se retiró de la cancha cabizbajo rumbo al túnel. También se escucharon comentarios despectivos referidos a la elección que el club celebrará entre el próximo 7 y 14 de diciembre.
El malhumor se propagó de tal forma que no hubo declaraciones a la prensa del entrenador ni de ninguno de los protagonistas. Sí lo hizo en filas danubianas Alejandro Apud, que mientras declaró fue testigo del cruce de insultos entre las dos hinchadas y antes había sido increpado por Cristhian Tizon y Maximiliano Cantera al sustituirlos, algo que no se percibió por las cámaras.
“Tenfield, alcahuete de los grandes”; “Cebollita, siempre segundo” y “le regalaste el campeonato a Peñarol” gritaban desde una cabecera. Por el lado de Nacional, replicaban subiendo el tono: “Sos el marido”; “sos de la B”.
Los US$ 100.000 a cambio de modificar la localía para el Viera -que en su día le dieron rédito para derrotar a Progreso- terminaron siendo desfavorables para Nacional y buen negocio para Danubio, en palabras de su presidente Arturo del Campo: “Estoy muy alegre por el resultado final”, le dijo a Ovación sobre el cierre del partido.
Mientras algunos hinchas de Danubio pasaron por el sector delimitado para la hinchada de Nacional y fueron autorizados para regresar a su zona, a un dirigente tricolor se le negó el paso hacia el sector visitante por una de las vallas. “Les faltó sentido común” durante el operativo, transmitieron desde la seguridad tricolor. "A la policía le dan una orden y termina no tomando decisiones por sí misma".
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