Uruguay no se rinde. Sus hinchas tampoco. Cerca de 60 personas se acercaron al Hotel Costa Vasca para saludar a los jugadores, pero antes ya habían intentado, sin éxito, espiar el entrenamiento de la selección uruguaya en la previa al juego con País Vasco.
El partido, que en Uruguay se podrá ver por AUFTV y Dsports, mientras que en España será a través de ATV1, convocó a una pequeña, pero fuerte hinchada en San Sebastián.
De Catalunya, Alicante, desde el propio País Vasco, los fanáticos —todos con termo y mate— marcaron presencia y, por ser pocos, se dieron el gusto de compartir un momento íntimo con varios de los jugadores. Algunos de ellos llamaron la atención por sus esfuerzos para llegar a la cita, como un padre e hijo que se presentaron con una bandera que decía: "Randall hice 1.000 kilómetros para un abrazo y una foto". Otros, reconocieron que faltaron a trabajar sacando a flote el manual de las excusas.
Una familia de Alicante le reclamó un tupper que le dio con pastafrola a Facundo Torres, hace más de dos años, en Torre Vieja. Los que lo interpelaban eran Mari y Luis, una pareja que llegó a tierras españolas hace 22 años, pero esboza con su termo bajo el brazo y la bandera de Nacional en el cuello que sangre celeste les sobra.
Predominan las camisetas de los dos grandes, hay espacio para las chicanas, pero eso sí: todos están unidos por un mismo objetivo y tienen ganas a Uruguay.