A la salida de un conocido restaurante, a una cuadra de la playa, en pleno Manantiales, Álvaro Recoba estaba tranquilo, disfrutando de un domingo en familia y de charlas casuales con el Ruso Diego Pérez y Gastón Ramírez, que es nuevo jugador de Peñarol.

Conforme con la performance que mostró Nacional el sábado, le dio el domingo libre a sus jugadores y se acercó hasta el este para escapar a la rutina de trabajo, que lo tiene sumergido en la pretemporada, a sabiendas de que la llegada del nuevo número 9 y el arquero habían quedado encaminadas sobre las primeras horas de la mañana.

Tal y como había informado Ovación, el nombre de Federico Santander (junto al de Ramón Ábila) era uno de los tantos que había sobrevolado sobre la mesa del entrenador y los integrantes del área deportiva. Finalmente, de un ofrecimiento se pasó rápidamente a un acuerdo de palabra para luego abrochar los detalles finales de una negociación que llegó a buen puerto y lo tuvo viajando a Uruguay ayer por la noche para realizarse la revisión médica.

La negociación prosperó con más facilidad que la de Wanchope, que si bien gustaba por su perfil, tenía un contrato más alto y difícil de alcanzar.

De no ocurrir nada extraño, entonces, el paraguayo será presentado en esta jornada una vez que firme su contrato. Cambiará su condición de agente libre y pasará a estar vinculado al club hasta fin de año.

De pique, la llegada de Santander a Nacional le devolverá al equipo la presencia en el área que perderá próximamente con Juan Ignacio Ramírez, quien ya se despidió de sus compañeros y estará viajando en las próximas horas a Argentina. Aunque no con la misma chispa goleadora, dicen los antecedentes.

A comienzos de 2023, el experimentado delantero de 32 años volvió a su país, firmó con Guaraní y allí fue clave en la última Copa Sudamericana, en la que quedó eliminado en octavos de final contra Botafogo. Sus seis goles en nueve partidos le sirvieron para pasar primero en la fase de grupos y meterse en el podio goleador, que tuvo a la cabeza al uruguayo Gonzalo Mastriani.

Foto: AFP.

Después, entre Apertura y Clausura, apenas tuvo cinco gritos en 25 presentaciones, pero su largo recorrido internacional (jugó en Tigre, Racing, Toulouse, Bolonia, entre otros), su altura (1.87 metros) y la necesidad de contratar a un centrodelantero de urgencia pesaron para que Nacional se decantara por su nombre.

Con el caso de Gonzalo Bergessio como enseñanza, los tricolores confían en que alguien de su calibre pueda nutrirse de goles y adaptarse de inmediato al tan peculiar fútbol uruguayo.

FERNANDO PONZETTO

Pese a que su nombre generaba idas y vueltas, por su polémica salida del club tras un conflicto con Jorge Giordano y la bomba atómica que estalló por un acto de indisciplina en un hotel a finales de 2020, la directiva de Nacional revio su postura sobre Luis “Manotas” Mejía y sumó su nombre a la carpeta de opciones que ganaron fuerza en las últimas semanas.

Como las posibilidades de varios arqueros se cayeron (Matías Dituro, Gabriel Arias, Alexander Domínguez y en las últimas horas Gastón Olveira luego de la negativa de Olimpia a la propuesta de Nacional), el regreso del panameño se fue gestando, primero con conversaciones informales, para, después, dar paso a un ofrecimiento formal. Así se llegó a un acuerdo para que rescinda los seis meses de contrato que le quedan en Unión Española y pronto vuelva a vestir de tricolor.