Son hijos de un campeón con Peñarol. Tienen sangre tana, aunque su cabeza está puesta en Uruguay. Solo el destino sabrá dónde terminarán en unos años, pero hoy Inti e Ian, hijos de Diego “Memo” López,pueden sentirse orgullosos de que Álvaro “Chino” Recobaya les echó el ojo y cumplió: se los llevó para la Tercera de Nacional.
Con media vida en Italia, los futbolistas que ahora tienen 17 y 19 años se pasaron gran parte de sus días atrás de su padre. Se hicieron los “hinchas número uno” del Cagliari, jugaron al baby fútbol allí y lo imitaron tanto y cuanto pudieron que se les contagió la pasión por el fútbol sin que él se los impusiera. Eso sí: hubo una salvedad y es que ellos construyeron su propia historia condicionados por el manejo de dos lenguas. Español en casa e italiano en la escuela.
Al tiempo, el fútbol separó sus caminos. Los chicos se fueron a vivir a Madrid, donde se quedaron por dos años jugando en el Getafe, y el padre pegó la vuelta a Uruguay para dirigir a Peñarol, donde se consagró bicampeón uruguayo entre 2017 y 2018.
El vínculo no se perdió, sino más bien lo contrario. Las charlas de padre a hijo siguieron y las consultas sobre fútbol pasaron de ser esporádicas a recurrentes. “No lo he pensado; se podría dar, pero más que nada brego porque les vaya bien a ellos. Nunca me lo puse a pensar, pero en el fútbol todo puede pasar”, dice el Memo ante la posibilidad de dirigirlos en un futuro.
Lejos de cualquier “controversia” que se intente sembrar -al resaltar que hay dos que eligieron a Nacional teniendo a un referente que optó por Peñarol-, la familia López se toma la situación con tranquilidad y sin darle cabida a los comentarios negativos que lleguen desde el afuera.
Ese es el camino que elige para guiar a sus hijos el entrenador, que así lo argumenta: “No tienen nada que ver con lo que fue el padre. Ellos nacieron siendo hinchas del Cagliari. Siempre lo fueron a ver. No están contaminados con lo que es Peñarol-Nacional; el que es hincha de Peñarol soy yo. Después vinieron, empezaron a jugar en River, se dio que yo fui entrenador de Peñarol y ellos ahora están del otro lado”.
E insiste: “Se puede prestar para todos los comentarios, pero ellos son dos chiquilines que juegan al fútbol y nada más. Lo único que les dije fue que si ellos querían ir, que fueran. Yo no iba a trancar nada de ningún lado”.
Como padre y colega de Recoba durante varios años en Italia, el Memo está tranquilo al saber que deja a Inti y a Ian en buenas manos. Lo mismo con el “don de profesional” que ve en Nelson Abeijón, su ayudante, quien los conoce desde chicos: “La parte humana es importantísima. Ellos los vieron en las juveniles de River y entendieron que era lo que precisaban”.
Uno perfilado como centrodelantero y el otro polifacético en la posición de volante, gustan y mucho al cuerpo técnico de la Tercera División, que vio con buenos ojos su llegada hace un mes y monedas. Recoba y Abeijón los pidieron y desde la directiva le dieron luz verde a la gestión, pese a que River se quedó con un 40% de la ficha de uno de ellos (Inti).
“Son muy centrados, muy bien educados. Las redes sociales o lo que diga la gente no les va a cambiar la vida. Tienen un padre que fue jugador de fútbol, hoy es entrenador, vivió muchas de esas cosas y les ha dado el ejemplo mil veces”, resumió Abeijón sobre los hermanos.