Redacción El País
La realidad del Valladolid que dirige Paulo Pezzolano es bien distinta a la que tanto el entrenador como los hinchas esperaban en el inicio de una nueva temporada del fútbol español. Luego de no poder salvarlo del descenso, más allá de que ya tomó al club en una situación muy comprometida, el entrenador uruguayo busca depositarlo una vez más en la máxima categoría.
Lo cierto es que el inicio de la campaña en la Segunda División no atraviesa su mejor momento porque los dirigidos por el Papa solo ganaron un partido, el primero. Luego llegaron tres derrotas consecutivas y un empate el último fin de semana, lo que molestó a los hinchas.
Primero lo hicieron sentir con silbidos, según informa la prensa española, y también con carteles que no solo apuntaron al entrenador, también a Ronaldo Nazario, el actual dueño de la institución.
Al término del empate 1-1 como local ante Elche, Pezzolano afirmó: "Lo que gritan de la grada es parte del fútbol, hay que asumir la responsabilidad, estamos para eso para trabajar, frente a la adversidad hay que duplicarse. Vamos a seguir trabajando y lo vamos a lograr, los jugadores me dejaron una imagen espectacular".
A los cánticos de "Pezzolano, dimisión", indicó: "Hay que tener empatía con la afición. Imagina que con un grito me vengo abajo, es parte del fútbol, si te gusta que te feliciten, esto hay que saberlo pasar, y me tengo que encargar de que esta gente al final del año esté contenta".
Cabe recordar que este partido fue el primero que Paulo Pezzolano pudo vivir desde el campo de juego, luego de una dura sanción de cuatro partidos que arrastraba tras unas declaraciones en el cierre de la temporada pasada, todavía en Primera División.
Más allá de esas declaraciones, el entrenador también tuvo un intercambio directo con los hinchas, al término del partido, y en el estacionamiento del vestuario. Los simpatizantes lo vieron y le empezaron a gritar y él les dijo que bajaran que iban a charlar y eso hicieron.