Nacional se prepara para su debut por Copa Libertadores, que será este miércoles a última hora (23:00) frente a Atlético Nacional en Medellín. Tras el cese de Martín Lasarte el pasado domingo, lo hará con Martín Ligüera como entrenador interino, que es un hijo pródigo del club y asumirá las riendas del primer equipo en un momento clave, secundado por el mánager general, Sebastián Eguren.
Su llegada en esta nueva etapa se dio a través de la directiva encabezada por Ricardo Vairo y Flavio Perchman, con la idea de supervisar a jóvenes talentos y evaluar quiénes están aptos para dar el salto a Primera División. Por su rol, oficia de puente entre Fernando Curutchet, coordinador de las formativas, y la secretaría técnica liderada por Perchman y Eguren, pero esta vez no tendrá más remedio que volver a tomar la pizarra táctica.
En el pasado, Ligüera ya tuvo dos etapas como interino en Primera y dejó su huella: en 2020, asumió la conducción a falta de cuatro fechas y llevó a Nacional a consagrarse campeón uruguayo. Luego, llegó Alejandro Cappuccio y, tras su cese, volvió a tener una nueva chance, que le dejó un balance total de 19 partidos dirigidos en Primera, con 11 victorias, cuatro empates y cuatro derrotas.

Su salida del club en diciembre de 2021, decidida por la directiva de entonces, no pasó desapercibida para él ni para su familia. “Los gurises sintieron la salida del club. Yo andaba todo el día vestido de Nacional”, contó en su momento a Ovación.
El pasado martes, previo a que la delegación volara rumbo a Medellín, Eguren explicó por qué fue elegido para este partido por encima de Rafael García, DT de la Tercera: “Por dos cosas: es el entrenador que tiene la licencia para poder entrenar y, si bien podemos hacer un provisorio que demora 48 horas, estamos viajando hoy y jugamos el miércoles. Lo otro, Martín está en el club y ya fue entrenador del primer equipo”.
La exigencia tricolor y sus recuerdos

Ligüera conoce bien la presión de Nacional, tanto desde su época como jugador como desde el banco. “Si bien hay una diferencia entre ser jugador y técnico, la exposición es más o menos la misma. Nunca pude medir la diferencia entre estar en el mecanismo del fútbol y estar afuera. Ahora lo veo y el cambio es abismal”, reconoció a Ovación. “Estuve toda la vida en eso. Siempre en equipos con la exigencia de tener que estar ahí y ganar. No alcanzaba con un partido, después empatar dos, perder uno e irla llevando. Tenías que ganar todos los partidos y extraño esa exigencia”.
A pesar de ser desvinculado, guardó un buen recuerdo de esa etapa: “En el club yo estoy agradecido por cómo se manejaron conmigo mientras estuve ahí. Sobre todo con José Decurnex me quedó una sensación muy buena del manejo. Tuve una química muy buena”. Si bien no logró el título en 2021, destacó el trabajo con los juveniles como uno de sus legados: “Estoy muy contento con lo que se empezó a ver: con un Nicolás Marichal vendido, con lo de Franco Fagúndez y lo de Joaquín Sosa. No es ponerme mérito; es una realidad”.