Era evidente que el partido frente a Inglaterra iba a ser muy distinto que el que se había dado ante Irak en la primera fecha y donde Uruguay había ganado por 4-0. Lo iba a ser por el rival y también por el contexto. El conjunto inglés llegó a esta Copa del Mundo como el campeón de Europa y con todo un estadio en contra.
Los hinchas argentinos se acoplaron con los uruguayos y en muchas ocasiones fueron ellos los que iniciaron cánticos y silbidos para los jugadores británicos que ya lo habían sufrido en el estreno frente a Túnez donde la victoria en esa ocasión fue por 1-0.
Pasando en limpio, Uruguay salió a jugar con el mismo 4-2-3-1 con el que enfrentó a Irak. Ponte, Boselli, Facu González y Matturo por delante de Randall Rodríguez; Fabricio Díaz y Damián García en el mediocampo y un ataque conformado por Luciano Rodríguez, Franco González, Abaldo y Ferrari como único "9".
La selección inglesa optó por una formación que era 3-4-3 al momento de atacar y que se transformaba en 5-4-1 cuando debía replegarse y ese balance lo hizo muy bien y así evitó que Uruguay lastimara en la primera parte. Contuvo muy bien a Lucho Rodríguez y Abaldo y a partir de ahí empezó a sacarle peligro a la Celeste.
Quedó en evidencia que los primeros 45' fueron de los momentos más flojos de la Sub 20 en el Mundial y tal vez si hasta se tiene en cuenta el Sudamericano. Los dirigidos por Marcelo Broli acusaron muy fuerte el 1-0 y por momentos hasta se los vio un tanto nerviosos, lo que llevó a sufrir el 2-0 en una jugada polémica y clave por el minuto en el que se dio.
Bashir Humphreys adelantó a la selección inglesa a los 22' y luego en el tercer minuto de descuento de la primera parte apareció Alfie Devine, tras una situación en la que todo Uruguay pide falta sobre Boselli, para estirar la ventaja.
¿Qué fue lo que tuvo Inglaterra? Contundencia. Y eso fue lo que terminó marcando la principal diferencia del encuentro. Los datos de la FIFA indican que el seleccionado británico pateó tres veces al arco e hizo tres goles, más allá de que realizó un total de 12 durante los más de 90 minutos que se jugaron.
Y esa contundencia que tuvo Inglaterra fue la que le faltó a Uruguay que es cierto hizo dos goles con seis remates al arco, tras un total de 19, pero cuando tuvo su mejor momento en cancha no terminó de aprovechar para encontrar el empate que en algún pasaje del complemento pareció hasta justo.
Precisamente en el complemento se vio lo mejor de la Celeste y si algo precisaba el equipo de Broli era un gol rápido y lo encontró. Centro de Luciano Rodríguez y remate de Matías Abaldo que provocó una gran atajada del arquero rival, pero que encontró solo al Cepillo González que, tras revisión del VAR, pudo celebrar el descuento.
De ahí en más, la Celeste se fue arriba en busca del empate y fueron minutos en los que el equipo uruguayo arrolló a Inglaterra y fue en ese pasaje también en el que no pudo terminar sentenciando el empate y eso le iba a terminar jugando una mala pasada.
El paso de los minutos y el cansancio le fue pasando factura a una selección uruguaya que se enfrentó a un campo de juego pesado por la lluvia que no paraba de caer en La Plata. Y a medida que se iba el partido, a Uruguay le costaba cada vez más llegar al área rival.
Abaldo y el Cepillo, los más destacados de la Celeste, ya no lograban gravitar de la misma manera y con Uruguay jugado al empate llegó el tercer tanto inglés. Darko Gyabi encaró y abrió el pie para poner el 3-1 que parecía sentenciar el encuentro.
Con más corazón que fútbol, la Celeste fue para adelante y tras un remate de Anderson Duarte, que había ingresado unos minutos atrás, fue Matías Abaldo quien aprovechó el blooper del arquero para definir con el arco libre y anotar un gol importante pensando en la diferencia de goles que solo se redujo un tanto y quedó en +3.
Ahora a dar vuelta la página. La Celeste deberá asumir las cosas en las que se falló y trabajar pensando en Túnez, selección a la que enfrentará el próximo domingo (15:00) en Mendoza y donde intentará sentenciar su lugar entre los 16 mejores de la Copa del Mundo.