Redacción El País
El segundo tiempo entre Boston River y Peñarol comenzó parejo. El aurinegro no lograba marcar la supremacía de la primera parte, pero fue en ese momento que encontró el gol.

Maximiliano Olivera había abandonado la zaga por la lesión de Lucas Hernández y había pasado al lateral, de ahí nació el tanto del 1-0. Se sacó de arriba a su marcador y puso en carrera a Matías Arezo que definió a colocar para volver a anotar con la camiseta aurinegra.

Pero cuando el delantero arrancaba su festejo, el línea Martín Soppi levantó la bandera indicando posición adelantada. En ese momento, comenzaron seis largos minutos de discusiones entre los jugadores, molestias de los hinchas y todas las miradas puestas en el árbitro central y su asistente.

Foto: El País

Arezo hacía el gesto de "no" con su dedo índice. Menosse se tomaba la cabeza y los suplentes de Peñarol comenzaron a tomar temperatura al costado de la línea de cal.

20 de los 22 jugadores en cancha, salvo los arqueros, rodeaban al árbitro De Armas hasta que en un momento Aguirregaray se acercó al línea Soppi y lo propio hicieron Kevin Méndez y Thiago Cardozo, quienes estaban en el banco de suplentes.

Al observar esa situación el que se arrimó fue Darío Rodríguez, primero para separar a los futbolistas y luego para dialogar él mismo con el línea. Al parecer se sintió satisfecho con la respuesta, levantó su pulgar y mientras volvía al banco de suplentes, y seis minutos más tarde del gol, De Armas sancionó el gol.

Palmas e inmediatamente un gesto de tranquilidad para los futbolistas que corrían hacia el córner para volver a festejar el gol que adelantó al aurinegro en el Parque Artigas.