FRANCIA

Benicio, el hijo de dos años de Lucas Paquetá, tenía un sueño: conocer a su héroe, el Hombre Araña. Los esfuerzos que habían hecho sus padres por cumplirle el anhelo al niño habían sido en vano por más que lo habían llevado dos veces a Disneyland París. Entonces, el delantero del Olympique de Marsella y de la selección de Brasil no lo dudó: él sería el arácnido.

Así, se disfrazó y al mejor estilo Tom Holland, Tobey McGuire o Andrew Garfield se decidió a interpretarlo. Y, a decir verdad, lo hizo muy bien. Paquetá adoptó las posiciones y los movimientos del álter ego de Peter Parker, apareció en el techo de su casa, bajó por el tejado y aterrizó en el patio ante la incrédula mirada de su hijo, quien cuando lo tuvo cerca corrió a abrazarlo una, dos, varias veces.

¿Qué no hace un padre por un hijo? Nada es imposible, ni siquiera el riesgo de romperse una pierna con el valor que tiene cada una de ellas. Al fin y al cabo, generalmente el héroe de cada hijo es el padre y con esto quedó más que confirmado.