Padre de una niña a los 20, la historia de Lucas Sanabria podría ser muy parecida a la de cualquier chiquilín del interior arraigado a sus raíces. Vive con su madre en Florida, viaja por deporte todos los días y tiene una hora y cuarto de camino hasta Montevideo. Con la diferencia, eso sí, de que justo eligió una profesión que le impide ser uno más. Y como futbolista de Nacional, en solo tres años, la vida le cambió por completo: hoy ya no pasa desapercibido.
Ese chiquilín de perfil bajo, que cerró el 2023 con un gol clásico para ser campeón con la Tercera División, se transformó en un par de partidos en el responsable de robarse la atención de los espectadores en cancha, las cámaras afuera y los llamados al teléfono de su representante Pablo Boselli desde Europa.
Empezó con ocho años en Nacional de Florida, siendo la sombra de su hermano mayor Juan Manuel (hoy en Atlético San Luis de México), y pegó el salto a los 17, cuando desembarcó en Los Céspedes.
El interés -y la insistencia- del gerente deportivo Sebastián Taramasco, entonces coordinador de juveniles, finalmente dio sus frutos. En palabras de Sanabria, estaba “siempre” hablando con su representante para monitorear su situación y saber cuándo podría pescarlo para empezar a practicar.
Hasta que un día se fue, allá, atrás de su hermano, cuando de pronto, de mirarlo atrás del tejido, pasó a ser protagonista como pupilo del técnico Tabaré Alonso. “Hice dos años en Cuarta, un año en Tercera y ahora quedé en Primera”.
Además del jugador, el apodo de “Cabecita” también emigró de un Nacional al otro, aunque duró poco. Al tiempo cambió por “Mudo”, dada su condición de introvertido, que se desnuda fácilmente en un video publicado ayer por el club donde se ve cómo Mauricio Pereyra lo irrumpe durante una entrevista y Sanabria le cede el lugar para que pase.
¿Se puede pasar goleador? 🤣😎
— Nacional (@Nacional) February 22, 2024
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Con margen para crecer, su evolución en Primera División ya muestra que está hecho para grandes desafíos. En su debut clásico (amistoso) convirtió el penal decisivo de la definición, a los días firmó contrató profesional hasta 2026 y el último miércoles, en su estreno por Libertadores, hizo un golazo para el 1-0.
Álvaro Recoba ya lo tuvo en Tercera División, lo probó varias semanas de líbero y lo capacitó para que le diera una mano en ese lugar si algún día lo precisaba. Sanabria respondió, comenzó a escribir su propia historia con el pie derecho y sumó goles a este primer capítulo.
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