Comenzó de arranque en los dos primeros partidos de Danubio, líder con puntaje ideal en el Torneo Clausura, pero el entrenador lo mandó al banco en la tercera fecha. “Me chocó un poco cuando me tocó salir”, confesó Lucas Sanseviero pero una charla antes de ingresar en el segundo tiempo con el argentino Nicolás Blandi se manifestó dentro de la cancha.

Figura: A Lucas le tocó entrar por Mateo Peralta cuando corrían 71 minutos y La Franja ganaba 1-0 frente a River Plate gracias al gol del interminable Sebastián “Papelito” Fernández. Solo seis minutos después de su ingreso, Maxi Cantera recibió de espaldas en mitad de cancha, giró y en un segundo lo puso a correr a Sanseviero que le sacó ventaja a su marcador y definió de primera ante la salida de Fabrizio Correa.

“¡Yo, yo, yo!”, gritó con rabia apuntándose con el dedo índice en el pecho en el festejo y luego mostró su dorsal, el 11, a los hinchas de Danubio en la tarde que volvieron al estadio Jardines del Hipódromo María Mincheff de Lazaroff. Pero aún había tiempo para más, porque la charla que habían tenido Sanseviero y Blandi en la entrada en calor no había quedado en eso. A los 80 minutos, el argentino hizo su debut en La Franja y, cinco más tarde, Lucas se vistió de asistidor para el primer gol del campeón de Copa Libertadores.

“Fue una locura porque justo me había tocado salir de los titulares. Hay un plantel muy competitivo y con Nico, en el calentamiento, ya estábamos hablando haciéndonos la cabeza de que si entrábamos, él lo único que iba a hacer era correr al área porque sabía que alguna le iba a quedar y me decía que a mí también, que entrara confiado. Y dicho y hecho”, contó Lucas al que se le abrió el arco con Danubio y su llegada al club de La Curva de Maroñas es una especie de revancha. “El poder demostrar en Primera, estar en el plantel fijo y agarrar minutos, me lo debía. En Nacional no se me había dado pero ahora Danubio me abrió las puertas y estoy tratando de agradecerles lo que hicieron por mí dentro de la cancha”, dijo a Ovación el nacido en San Ramón al que la vida le dio un gran revés siendo un adolescente.

Superación: “Mucho fútbol”, dice Lucas recordando su infancia en la ciudad canaria donde jugó para Huracán y Peñarol Juniors antes de llegar, con 16 años, a Nacional. “A lo primero me costaba un poco, viajaba todos los días, entrenaba de mañana y estudiaba a la noche, tenía casi cinco horas de viaje ida y vuelta hasta que, en 2018, me instalé en Montevideo porque los viajes eran desgastantes y descansar es muy importante. Solo venía a San Ramón los fines de semana y ahora cuando tengo días libres me escapo a ver a la familia, principalmente a mi abuela”, dijo Sanseviero que llegó al plantel principal de Nacional, cuando dirigía Gustavo Munúa, y convirtió un gol que dedicó al cielo durante un partido de pretemporada que se transmitió ante la selección de Florida en el Campeones Olímpicos.

“Perdí a mi mamá en el 2014 y había perdido a mi abuelo hacía un año y poco. La verdad fue una etapa muy dura, yo era muy chico y me quedé con mi abuela y mis tías. Cada vez que entro a la cancha, cada vez que puedo recordarlos de alguna manera, sé que me están acompañando en este camino y toda la felicidad y lo que voy logrando es gracias a ellos. Desde que arranqué con la locura del fútbol, de ir a entrenar, de pasar todos los domingos en la cancha, desde chico hasta que falleció mi madre, fue un golpe terrible. Lo pude sacar adelante y cada vez que les puedo dedicar un gol lo hago, porque están conmigo ahí siempre”, dijo el extremo de Danubio que tuvo que atravesar otro momento complicado cuando quedó libre del equipo tricolor pero encontró el refugio que necesitaba con su “familia” de Pueblo Victoria.

Foto: Leonardo Mainé | El País

“Cuando quedé libre de Nacional, Uruguay Montevideo me abrió las puertas y la verdad que son como mi familia. La directiva, la gente, mis compañeros siempre recalcaban que el grupo era impresionante. Me hicieron sentir como en casa, me gustaba estar ahí y eso me ayudó a demostrar lo que podía dar y pegar el salto de estar jugando en Primera”, reconoció con gratitud Lucas, que marcó siete goles en la pasada temporada en Segunda División donde el equipo celeste arañó el ascenso.

Estudio: “Es un técnico exigente que nos quiere sacar el máximo, las veces que he hablado con él me ha marcado cosas que yo no me daba cuenta; los recorridos por ejemplo, me costaban bastante y lo estoy mejorando”, dijo Sanseviero sobre Alejandro Apud y no solo lo escucha al Turco para mejorar. “Miro muchos partidos, mucho fútbol. Me gusta mirar a los extremos de todos los equipos. Agarrar un poco de cada uno, de cómo se mueven. Lo principal que miro es de mi puesto pero no tengo un jugador que miro en particular”, manifestó Lucas que no solo se forma futbolísticamente ya que decidió terminar el bachillerato gracias a un convenio de la Mutual de Futbolistas Profesionales con UTU e INEFOP.

“Estudio de noche. Está muy bueno para los que no pudimos terminar en su momento el liceo, es una iniciativa muy buena, tenía compañeros que lo habían empezado a hacer y me llamó mucho la atención, me motivó y hoy en día ya estoy por terminar el primer semestre, le estamos metiendo bastante”, dijo Lucas que desde hace dos años vive junto a su novia que se mudó desde Rocha para estudiar en Montevideo y dice que compartir eso con ella lo motiva y lo contagia a esforzarse.

Líder: Este domingo, Danubio recibirá a Liverpool en su casa, condición en la que lleva cuatro triunfos al hilo. “Estábamos en el debe con hacernos fuertes de local, por nosotros y por lo que acompaña la gente”, reconoció el volante de La Franja que manifiesta su ilusión pero tiene claro que el principal objetivo el club apunta a la clasificación a las copas internacionales y el Clausura. “Lo estamos tomando partido a partido. Es largo, venimos bien y esperamos seguir así”, analizó Sanseviero que disfruta de aprender de los referentes del plantel en el día a día y destaca a uno en especial: “Papelito siempre está ahí, dando para adelante y transmitiendo alegría. Es tremendo profesional”.

Lucas sueña con un futuro en el exterior, algo que define como un “salto de calidad” y también se ilusiona con la selección local. “Está bueno para los que estamos en Uruguay y no tuvimos la chance de estar en algún proceso de selección. Es una vidriera y una motivación muy linda de meterle todos los días para poder estar”, reconoció.

Foto: Leonardo Mainé | El País