TORNEO APERTURA
Las dos derrotas en condición de visitante por Copa Libertadores y la aparición de la barra en Los Aromos habían complejizado el ambiente, pero el triunfo le ayuda a trabajar con tranquilidad.
Alivio es la palabra que define el partido de Peñarol ante Wanderers. No fue una demostración de excelencia, de hecho, estuvo lejos de serlo; tampoco fue un trámite vistoso a nivel de juego por lo mostrado por el aurinegro, pero esa victoria por un tanto de penal le permite calmar las aguas en tiempos de caos: el equipo no logra aceitar su funcionamiento, en ocasiones apenas vislumbra algún destello de aquel que supo ser en 2021 y el panorama es complejo.
Está claro que las bajas de renombre le han complicado la tarea al DT, sumado a que el rendimiento colectivo no es el mismo y los resultados no llegaban: están últimos en el grupo G de la Copa Libertadores con tres puntos y deben ganar los dos encuentros que le restan para al menos aspirar a estar en la próxima ronda.
A nivel local, la victoria ante el Bohemio era impostergable porque ceder puntos hubiese significado despedirse definitivamente del Apertura. Pero ganó, aunque sin holgura, y al menos por un rato respira una tensa calma. ¿Por qué? El clima en Los Aromos no había sido el mejor en la semana: hubo pintadas y cánticos en contra del equipo, una conversación con las máximas figuras del plantel y un claro mensaje de disconformidad con la situación actual.
Y aunque Ignacio Ruglio, presidente mirasol, intentó calmar las aguas en la antesala de un duelo decisivo al expresar que “los jugadores lo vivieron como algo tranquilo, como una manifestación de un grupo de hinchas”, está claro que si el panorama futbolístico fuera alentador este tipo de situaciones estarían lejos de suceder. Sin embargo, el titular aurinegro se mostró en contra de determinados hechos: “Lo de las pintadas no está bueno porque Los Aromos es nuestra casa y no está bueno pintarla. Ni siquiera es muy entendible, pintaron cosas de Ceppelini, que debe ser el jugador más regular, el que más minutos juega y el que más goles tiene”, había manifestado.
Al ser consultado sobre el tema tras el partido, la reacción de Larriera fue similar: “Está socialmente naturalizado”, dijo. Luego añadió: “Lo que pasó ayer por lo menos lo vi a la distancia, cuetes, cánticos, como se hace habitualmente el banderazo, pero en este caso era porque hay una molestia lógica, que no es más molestia que la que tenemos nosotros porque no se dan los resultados”. Más allá de que desde el mirasol le hayan puesto paños fríos a lo sucedido, lo cierto es que hoy más que nunca la victoria le trae, más que puntos, calma para trabajar.