Manchester City cerró en Estambul (Turquía) una temporada de oro, en la que ganó todos los títulos por los que compitió y concretó así su triple corona: FA Cup, Premier League y, finalmente, la primera Champions League de la historia.
No fue un partido fácil para los dirigidos por Pep Guardiola, se encontraron maniatados, sin posibilidades de desarrollar su juego y con pocas chances. Para colmo de males, una de sus figuras, Kevin De Bruyne, salió a los 35’ lesionado, y el noruego Erling Haaland no se encontraba con la pelota. Mientras que los de Simone Inzaghi hicieron su juego, marcaron, presionaron y llegaron y fueron un rival mucho más digno del que parecía en la previa.
Sin embargo, las emociones se guardaban para el segundo tiempo. Fue la mínima, el error defensivo de Inter, el que terminó posibilitando que los ingleses pudiesen conseguir el tanto. A los 68’ el español Rodri, entró como una tromba en el área del equipo rival y dejó a Onana parado, mirando como su bombazo se iba al fondo de la red.
Gol y aguantar el vendaval, porque los Nerazzurri no se desmotivaron por el resultado adverso: llegaron con contundencia, llevaron a los Citizens al límite y convirtieron al arquero Ederson en el gran héroe del encuentro, principalmente por sus tapadas en los últimos minutos de juego.
Los cinco minutos de adición que dio el juez fueron un suplicio para los ciudadanos, pero finalmente, cuando el juez pitó el final del partido mientras defendían un córner con los once jugadores parados en el área, Pep Guardiola suspiró aliviado: consiguió una nueva Champions en su vida (tres como entrenador y una como jugador) y la primera con Manchester City. Ahora solo restará ganar el Mundial de Clubes para consagrar por completo al equipo al que transformó y llevó a la excelencia total.
Celebración.
La fiesta en Estambul fue total, comenzó minutos antes de la hora pactada del pitazo inicial con un show que tuvo el ritmo latino de la brasileña Anitta, la música del nigeriano Burna Boy y un cierre con las creaciones del DJ sueco Alesso.
Una vez culminado el encuentro, los futbolistas y su hinchada corearon juntos la canción “We are the champions” de la banda británica Queen, que ya se tradición en este tipo de situaciones y “Hey Jude” de The Beatles.