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Manuel Ugarte, de San José de Carrasco a París: el gurí que eligió Fénix antes que un grande y explotó a los 15

Aquel niño de pelo largo llamaba la atención y no solo por su cabellera. La clase con la que jugaba lo acompañó desde chico y será un pilar de la Celeste en la Copa América.

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La casa de Manuel Ugarte en San José de Carrasco pasa totalmente desapercibida. Es bonita, pero no es despampanante. Es familiera, pero no tiene detalles exuberantes. Es abierta de par en par a los amigos, esa palabra que puede describir a la perfección lo que es el actual volante de la selección uruguaya: un buen amigo. ¿Ché, cuál será? Le pregunta el periodista de Ovación a Florencia Cruz -comunicadora multimedia-, teniendo en cuenta que el Waze no había acertado con precisión en la dirección. La respuesta terminó siendo fácil, y en base a intuición, porque en la puerta había dos vehículos de la misma marca, justo la que patrocina desde hace un tiempo al futbolista.

En la mayoría de las veces, se vive como te criaron, se valora las cosas como te las enseñaron y se aprende a disfrutar de lo esencial en base a vivencias. Conocer a Miguel Ugarte -el papá de Manuel-, y compartir con él un largo rato, café de por medio, te ayuda a entender por qué Ugarte pudo triunfar en el fútbol, más allá de las condiciones innatas con las que nació. Es un jugador elegante, un futbolista de élite, que tiene una inteligencia natural que lo hace ser un profesional más completo todavía.

-Comenzamos a entrenar y el primer viaje que tenemos con esa generación Sub 20 Ugarte no estaba convocado. Pero el día anterior se baja del viaje Agustín Dávila porque le sale la posibilidad de ir a jugar a Real Sociedad B. Ahí, junto al cuerpo técnico nombramos a Manuel (para viajar). Al otro día llego al complejo y él ya estaba ahí. A mí me sorprendió, porque mirá que yo llego temprano. Manuel ya estaba pronto esperando el viaje. Eso me habló a mí de muchas cosas: considero mucho la parte personal y para mí se juega como se vive. Eso me quedó grabado. Me acuerdo que en Chile charlamos y le dije ‘es la primera vez que me pasa que un jugador esté antes que yo en el complejo. Eso te va a llevar lejos. Eso habla de algo tuyo’. Perfectamente podría haber quedado medio molesto ya que en primera instancia no lo había llamado. Él me demostró una adhesión y un involucramiento con la selección inmenso. El mensaje que me dio fue ‘no quiero que queden dudas que yo quiero ir con la selección’.

El entrenador Fabián Coito (57) es el que contó la anécdota y la describió como si la vivencia hubiera sido ayer. Le quedó grabada a fuego y el paso de los años no hizo más que confirmar algunos conceptos en relación a Manuel Ugarte. A la familia Ugarte.

Fabián Coito, entrenador de Manuel Ugarte en juveniles de Uruguay.
Fabián Coito, entrenador de Manuel Ugarte en juveniles de Uruguay.
Foto: Florencia Cruz.

“Si bien iba a ser el primer vuelo de Manuel y su primera experiencia en el exterior, en ese momento le dije ‘ya es un orgullo para vos estar en ese grupo de jugadores que tienen dos años más que vos, ya vas a tener otra Sub 20. No lo tomemos como un retroceso’”. Qué difícil era para ese padre alentar a su hijo a no quedarse. Cuántas de estas situaciones hay, y qué importante es la contención de los más cercanos. Miguel Ugarte añadió: “Sé que Gustavo Ferrín, que en ese momento estaba en Fénix, le tocó ciertos puntos en una charla que tuvieron y si bien no sé la exactitud de la conversación, fue muy importante. Pero 24 horas después lo citaron y fue impresionante lo que generó en Manuel. Yo veía en él lo que veo también ahora, esa pasión por lo que hace. Ya se puso como loco a preparar el bolso y que no le faltara nada para estar al otro día en el complejo”.

“Fui el primer técnico que lo convocó a una selección juvenil, aún teniendo dos años menos y posibilidades de jugar en la siguiente Sub 20”, comenta un orgulloso Fabián Coito.

“Nos sentimos parecidos en algunos aspectos, entonces él quizás se vio reflejado en la propuesta que teníamos, que era todo lo que tenía que ver con considerar a la persona, el desarrollo, el crecimiento, más allá del futbolista”, añade el DT con cierta vergüenza al ser consultado por qué consideraba él que había sido tan importante en el desarrollo de Ugarte.

“Él llegó como un enganche, un jugador de maniobra, y nosotros lo convocamos para una faceta más defensiva, eso pienso que también lo pudo haber marcado en lo que está haciendo, en su gran trayectoria. A veces en los clubes los futbolistas no sufren esos cambios porque los entrenadores no se animan a hacerlo, y a veces los mismos chiquilines dicen ‘no, no me mandes más para atrás’. Pero en la selección todos aceptan las condiciones”, puntualiza.

El salto de City Park a Fénix

De El Pinar a San José de Carrasco, en Ciudad de la Costa. En 2009 la familia Ugarte decidió mudarse y quiso el destino que la cancha del Club City Park quedara cerca del nuevo hogar. Fue en esa canchita donde Manu creció futbolísticamente, en momentos donde sobresalía por su altura y dejaba a sus rivales como postes. El técnico en varios de esos años fue Gabriel Grecco, quien también lo acercó a Wanderers cuando ya tenía edad de Séptima División.

-Se enojaba conmigo porque mi idea era que jugaran todos y hacía los cambios. Pero con los compañeros era espectacular, era un fenómeno. Él jugaba en todos lados en el baby, como hacía el recorrido en toda la cancha aparecía por diferentes lugares, no tenía posición. Usaba el pelo largo y a veces lo confundían con una niña. Ya se veía que iba a jugar, tenía condiciones pero viste cómo es, la varita toca una vez.

Grecco se siente un afortunado de haber compartido tantos años con Manu. Incluso hoy en día su hijo tiene una amistad con él, porque cada vez que el mediocampista está en Uruguay le regala un tiempo para saludarlo.

Gabriel Grecco, entrenador de Manuel Ugarte en City Park.
Gabriel Grecco, entrenador de Manuel Ugarte en City Park.
Foto: Florencia Cruz.

-La diferencia ya la hacía parando la pelota y la visión que tenía ¡con la edad que tenía! Podemos equivocarnos, pero con él no había chance, decías ‘este va a jugar’. Pero con 12, 13 años hay que ver el estudio, la familia si apoya o no. Y a él lo apoyaron siempre. El hermano (Hernán) jugaba mucho también, pero ¿viste lo que digo de la varita? Toca a uno, al otro no. Siempre tuvo un apoyo de los amigos, él era muy solidario con sus amistades. Pasa que él era muy dócil, él no se iba a enojar con un compañero; sabiendo que un compañero jugaba mucho menos, él hacía que jugara, lo hacía jugar, se la pasaba. Él se enojaba conmigo, lo veías prendido fuego por dentro, pero nunca me lo decía.

En ese momento City Park tenía un convenio con Wanderers, cuando estaba Víctor Hugo Mesa. El gerenciador se fue, Grecco también y esa categoría 2001 de Ugarte quedó “en banda”. Defensor Sporting se enteró y lo llamó; Gustavo Munúa también y le comentó de llevarlo a Nacional, pero Manu optó por Fénix, a pesar de que complicara la logística familiar. “Mi corazoncito no estaba en Fénix, pero el que decidía era él y fue la mejor decisión que pudo tomar”, recordó Miguel Ugarte.

-Papá, quiero ir a Fénix, porque ahí van todos mis amigos.

-Perfecto Manuel, yo no tengo nada que agregar.

Esa decisión complicaba la rutina familiar, pues Manuel estudiaba en el Colegio Santa Elena Lagomar, entrenaba en Fénix y Hernán, su hermano, estaba jugando en Wanderers y practicaba en el Cuartel Militar de Burgues. Pero Miguel, el abuelo de Manu y la familia ayudó para que todo pudiera seguir su curso. Después, Hernán se fue a Fénix y todo se hizo mucho más llevadero.

-El caso de Manuel fue único. Hizo Séptima, hizo Sexta y saltó a Primera. En esa categoría el técnico era Marcelo Broli y el ayudante Marcelo Méndez. En ese entonces Broli me decía ‘yo le tengo que explicar una sola vez una cosa, y él no solo me la entiende, sino que me aporta, y me pregunta ¿por qué no lo hacemos así? Me está sorprendiendo este gurí con 14 años cómo visualiza el juego y la visión de cancha que tiene. Mirá que si Manuel sigue así va a llegar lejos’. Pasa un mes y medio, juegan contra Miramar y para mí Manuel hace uno de sus mejores partidos, hace los dos goles siendo un “8”. Termina el partido, me llama el gerente de inferiores de Fénix, Marcelo Más, y me contó que había hablado con Rosario Martínez y que quería que entrenara en Primera, ya que él era el técnico. En principio iba a jugar en Tercera, pero quería verlo entrenar en Primera División. No iba a volver a la Sexta División. Lo llamé y saltaba de alegría.

Manuel Ugarte jugando en el Parque Capurro con la camiseta de Fénix.
Manuel Ugarte jugando en el Parque Capurro con la camiseta de Fénix.
Foto: Archivo El País.

A la hora de hablar de las personas importantes en el camino de Manu, su padre no duda en hablar de Marcelo Broli. Y el entrenador campeón del mundo Sub 20 con Uruguay en 2023 no dudó en participar en este especial de Ovación.

-Me halaga. Es una persona hermosa, el papá lo acompañaba mucho a la cancha, siempre desde un lugar muy respetuoso. Me pasó algo muy lindo, porque fue volver al club de entrenador en formativas y encontré un grupo espectacular. Me acuerdo que en ese momento hasta los padres hacían colecta para entrenar en una cancha de fútbol 5, porque había problemas económicos y recuerdo que le ganamos a Nacional y a Peñarol y Manu hizo partidazos, creo que con dos goles. Son experiencias imborrables. Lo de Manu fue maravilloso todo el recorrido, fue divino tenerlo en mi equipo. Es un gran muchacho. Era más enganche, prácticamente un delantero, pero después ya jugó más de número cinco, incluso con Juan Ramón Carrasco. A mí también me pasó que jugaba de enganche en formativas y cuando llegué a Primera era contención, si bien no me quiero comparar con la calidad de Ugarte, sí cuando lo vi representaba un montón de cosas. Tenía mucha potencia física, un jugador muy comprometido, de mucho carácter, de esos jugadores que cuando el partido está caliente es cuando más quieren la pelota. La categoría se le notaba desde niño. No tiene techo.

Primer día de entrenamiento en Primera. El entrenador Rosario Martínez le dice a Manuel que lo ve bien pero que debe cortarse el pelo. El adolescente de 15 años salió y se fue con Miguel -que se quedó toda la práctica esperándolo afuera- a la primera peluquería que encontraron en Capurro. Al otro día apareció con el pelo corto y el DT llamó a una reunión adelante de todo el grupo y dijo: “Este tiene ganas de quedarse con nosotros en Primera”.

Rosario lo hizo debutar con 15 años el 4 de diciembre de 2016 en un partido en el que Fénix goleó a Danubio 4-1 con doblete de Lucas Cavallini y un gol del hoy DT de Cerro, Ignacio Pallas. Ese día, a los 83 minutos entró por Agustín Canobbio, hoy compañero en la selección uruguaya. Ese día, solo había un comentario en el Parque Capurro: “Atentos al pibe, dicen que la rompe”.

El cambio para brillar en Europa y en la Celeste

Se fue Rosario y llegó a Fénix Gustavo Ferrín, actual gerente deportivo de Liverpool; y decidió que Ugarte se quedara en Primera, aunque no jugó. En ese año fue citado a la Sub 20 de Fabián Coito dando ventaja en edad y ese fue un cimbronazo para la familia, para abrir los ojos y pensar que realmente podía afianzarse como un futbolista profesional. “Hacen un amistoso con la selección contra Juventud y después del partido vi a Manuel con una cara fea”, explicó Miguel.

-¿Qué te pasa Manuel?

-Papá, no toqué la pelota. Si yo me quedo solo con el entrenamiento del club, no llego.

-¿Y qué querés hacer?

-Mirá, Rodrigo Abascal (compañero de Fénix) tiene un profe que trabaja en la pista de atletismo y él me haría un trabajo especial extra club.

-Si tenés la decisión tomada, dale, pero son más horas Manuel. Vas a terminar a las 10 de la noche y fusilado.

-Sí, papá, pero lo tengo que hacer; sino, no calzo en la Sub 20.

Manuel Ugarte en el Complejo Celeste previo a los Juegos Panamericanos.
Manuel Ugarte en el Complejo Celeste previo a los Juegos Panamericanos.
Foto: Archivo El País.

“Ahí me cayó la ficha, fue un mensaje que me dio que con el fútbol iba hasta el final. Él se dio cuenta que para estar a la par necesitaba algo extra y estaba dispuesto a hacer ese sacrificio. Estuvo un año y medio así”, puntualizó Miguel.

Llegó la oportunidad de Famalicão en Portugal, después el pase a un grande luso como el Sporting hasta llegar finalmente al París Saint Germain, uno de los clubes más poderosos del mundo, después de ganarle una puja a Chelsea.

Miguel Ugarte, padre de Manuel.
Miguel Ugarte, padre de Manuel.
Foto: Florencia Cruz.

Cuando se dio la primera salida, Manuel le pidió a su padre que se fuera con él. Fue un cambio para la familia, porque Miguel tenía que renunciar a su trabajo y para un hombre adulto no era tan fácil. Esa convivencia potenció la relación y, como a él le gusta cocinar, se transformó en el cocinero particular de su hijo. “Un día viene el director deportivo del Famalicão riéndose y me dice ‘está Manuel en la cocina del club con un serbio, un croata y un portugués intentando enseñarle a jugar al truco... No le entienden nada, pero se matan de la risa los cuatro’”.

Miguel -oriundo de Fray Bentos- cerró: “Así era en el colegio, porque vos lo veías y él era siempre así. No sé si llamarlo líder, pero siempre era de los positivos que arengaba e iba para adelante. Es de las personas que aglutina, que junta, le encanta el grupo y las relaciones. Él viene acá y lo vemos cinco minutos, porque se reúne con los amigos del Santa Elena, con los del baby, con los del fútbol. Sus amigos del colegio son los de toda la vida”.

Los hermanos de la vida que lo acompañan

Ese grupo grande de amigos del Colegio Santa Elena Lagomar fue en su gran mayoría a París y Madrid en enero pasado invitados por Manuel. Estuvieron cerca de un mes juntos. Felipe Balaguer fue uno de ellos.

-Es una persona muy divertida y alegre, siempre con algún chiste. Siempre ha sido un amigo muy presente. Somos 14 amigos desde que teníamos tres años y mantuvimos el contacto a pesar de que se fue a Europa. Cuando viene nos juntamos, somos muy futboleros y para nosotros es divino. Es como que vivimos el sueño a través de él, esa locura que parece tan alejada de ser futbolista y que tenemos la suerte de tener un amigo íntimo que lo es. Manuel nos ha hecho parte, nos cuenta anécdotas, nos llama y nos involucra en sus experiencias. Nos recibió este año en su casa y fue una experiencia increíble, conocimos a Mbappé y vivimos como niños chicos muchas cosas a las que él lógicamente que está acostumbrado por lo que hoy representa.

Manuel Ugarte junto a su grupo de amigos de la niñez.
Manuel Ugarte junto a su grupo de amigos de la niñez.

Hoy ese mismo Manuel Ugarte será el que defienda a Uruguay por primera vez en una Copa América y es uno de los que está llamado a liderar futbolísticamente a esta generación que tiene a Luis Suárez como referente y que vieron el “último baile” de varias de las estrellas en Qatar 2022. A pesar de sus 23 años tiene un don para saber guiar y tiene una familia y amigos que explican, en parte, lo que Manuel es hoy. Como jugador y como persona.

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