VIOLETAS
El técnico violeta dijo que en el primer tiempo desplegaron el mejor fútbol desde su llegada, pero faltó contundencia, algo que le preocupa porque ya es un patrón.
Raras veces se ve lo que se vio en el estadio Franzini este sábado a la tarde. Un equipo que perdió 2-0 de local, en este caso Defensor Sporting, se fue muy aplaudido de la cancha, lo mismo que su técnico. Y eso que acababa de perder el invicto que sostuvo durante las siete fechas anteriores desde que asumió.
Que el violeta haya perdido un partido que debería haber ganado resulta inexplicable. Bueno, en realidad hay explicaciones, como la cantidad de goles fallados por los futbolistas locales, la confirmación a través de grandes atajadas de por qué Sergio Rochet es el arquero titular de la selección uruguaya —y seguramente lo será en el Mundial—y quizás la más sencilla de todas que fue la que dio el técnico Marcelo Méndez: “Es fútbol”.
Y sí, en definitiva es lo mágico que tiene este deporte. La cuestión no es jugar mejor, sino hacer goles. Por supuesto que generando superioridad numérica en el medio para adueñarse de la pelota, marcar el ritmo del partido, abrir el juego para avanzar por las bandas, poner muchos hombres en el área rival y meter debajo de su arco al equipo que está enfrente ayuda mucho. Sin embargo, todo eso hizo Defensor Sporting y se quedó con las manos vacías.
“No me voy conforme con el resultado, pero sí muy orgulloso de mis jugadores por la entrega y el juego que desplegaron”, dijo Méndez, quien reconoció que durante los primeros 45 minutos su equipo desarrolló el mejor fútbol desde su llegada. “Por la calidad del rival que teníamos delante nuestro y la forma en que logramos dominarlo nos quedamos muy contentos”, añadió.
Durante esos primeros 45 minutos el elenco de Punta Carretas generó ocho situaciones de gol y Nacional solo una, la del tanto.
El pecado capital de Defensor fue haber desperdiciado tantas ocasiones para anotar, algo que sí dejó preocupado al entrenador, sobre todo porque es un patrón que -aseguró- se viene repitiendo. “Ya nos había pasado en otros partidos en los que dominamos y no logramos convertir, como frente a Cerrito”.
Esa falta de contundencia hacen que el promedio goleador del equipo en el Apertura sea inferior a uno por partido, ya que anotó 11 tantos en 12 presentaciones. Es, entonces, sobre eso que debe trabajar el Méndez. No obstante, y aunque suene a consuelo, siempre parece más recomendable encontrar primero el rendimiento y luego los goles. Es en ese camino que está este Defensor, con buena pinta para ser protagonista en el Intermedio y el Clausura.
Insistir con las trepadas de Agustín Sant’Anna por la banda derecha, el despliegue defensivo y ofensivo de Fernando Elizari en el medio, el darle la pelota a Luciano Boggio para que maneje el ritmo y lance a Facundo Labandeira y Kevin Méndez es la fórmula. Así, el gol y los puntos van a llegar.